Un cordial saludo a todos.
Aquí terminamos. Es el cierre de la historia y para todos los que me han seguido hasta este punto, de corazón les doy las gracias. Gracias por su apoyo, su paciencia, su lectura y la oportunidad. Ha sido maravilloso compartir con ustedes esta historia y será un honor para mí si deciden darle una oportunidad a un trabajo diferente que ya me encuentro publicando aquí mismo (Knockin on Heaven's door). Por lo pronto, cerremos esta historia como corresponde. Gracias una vez más.
Los invito a la lectura, no los entorpezco. Bienvenidos todos y hasta la próxima.
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−Se suponía que tenía que esperar una llamada... ¿Ése era el plan? Me imagino que sí, después de todo, es lo que he esperado...en realidad, para eso están los teléfonos, los móviles...para eso están, ¿no es así? Pero a estas alturas, da igual, dudo que esta llamada esté destinada a hablar del uso que se le da a un móvil, todos lo saben y cuanto pueden hacer es fingir que no saben o aparentar que no los necesitan...disculpa, creo que me estoy distrayendo, por algo estamos aquí –una ojeada, apenas una ojeada le bastaba para hacerme una idea del destino que seguiría la conversación y mis pasos, si bien no estaba muy acostumbrado a visitar sitios similares, daba igual–. El chiste de venir... ¿Era despertar la nostalgia o algo así? No importa, a estas alturas debe ser estúpido esperar una respuesta, por algo...bueno, el lugar puede dar muchas respuestas...y no es como que me importe el lugar en sí, podría haber sido en cualquier parte...pero dada la pregunta...resulta extraño tener que venir aquí si...cuando lo supimos, no es como que haya sido de la mejor manera, ni siquiera alcanzamos a procesar la noticia...es decir, imagínatelo, con algo así, cualquiera espera...o posee el tiempo necesario para aceptarlo mucho antes de que suceda, pero si bien...algunos ya lo esperábamos...y no dejó de ser repentino, es decir... ¿Cómo procesas de un momento a otro que alguien a quien conoces ya no volverá?
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Helen no solía llamarme. Si lo hacía, debía de tratarse de algo de considerable importancia y en el último tiempo, rara era la ocasión en la que me viera obligado a presentarme en su oficina o en cualquier lugar por petición suya. Y si eso ya de por sí era extraño, que hiciera acto de presencia en mi oficina destrozaba cualquier esquema establecido previamente. No es que fuera una imagen demasiado lejana (lo es cualquiera cuando asume en su primer día como la jefa de todo, pero de eso hacía ya bastante), pero...todos poseemos nuestros límites de acción y rara vez cruzamos los que no nos pertenecen y cuando eso llega a suceder, comprendemos que nos tenemos que preparar para algo, más allá de lo inesperado, que quizás nos puede chocar...que quizás viene a destruir o reconstruir, eso no lo sabe nadie ni hemos vivido lo suficiente como para conocer de antemano la naturaleza de las noticias que no esperamos...las cuales con casi todas si lo piensas bien.
Y a veces no es necesario tener la certeza de una noticia, no. Basta, a veces, con que esa persona en sí se presente en tu oficina, en tu territorio, previo golpe de la puerta, previo llamado, con una expresión demasiado seria, incluso para tratarse de un asunto relacionado con el trabajo. Eso sí puedes distinguirlo con los años, cuando la seriedad está relacionada con tu rutina o cuando ésta es la consecuencia de algo que para esa misma persona, extranjera si quieres emplear el término (porque ahí casi nunca la ves) resultaba inesperado. Y puede que una serie de factores ayudara a mi capacidad de asombro...o puede que simplemente estuviera dispuesto a sorprenderme más. Lo cierto es que no tardé demasiado en decir "Adelante" cuando oí esos golpes, apenas un par, apenas lo necesario para captar mi atención...por supuesto, tampoco tardé demasiado en centrar todos mis sentidos en la figura de Helen en el umbral, con esa expresión que bastaba para que cualquiera levantara la vista, sobrando incluso las palabras, lo cual resultaba extraño, quizás porque si algo destacaba en ella era su potente vozarrón.
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Hollywood Arts: Academia del Caos
RomanceSe preguntarán... ¿Qué tienen en común un par de chicas como Victoria Vega o Jadelyn West? Pues les puedo asegurar que más de lo que ellas o nadie puede imaginar. ¿Y cómo lo sé? Porque estudié para escuchar...sí, soy psicólogo. Y me empiezo a pregun...