Lamentando de corazón la desmedida tardanza y agradeciendo el apoyo que me han brindado, aquí les dejo un nuevo capítulo de esta historia, esperando de corazón que sea del agrado de todos.
Bienvenidos a la lectura.
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A las doce de la noche despertar sobresaltado sobre la mesa de tu casa y con un montón de papeles cubriendo la mesa. No es el mejor despertar, pero ciertamente seguía siendo el único que tenía. La mayoría era apuntes de pacientes (horas extras que nadie me pagaría), otro tanto... ¿Qué hacían recortes de diario y mi laptop encendido? Ah claro, reproducción de vídeo...sí, sabía qué estaba viendo, sólo eso podía explicar las lágrimas secas en las mejillas y el sabor salado...no, metálico, seguía habiendo sangre, quizás debía de ir a un hospital...no, todavía no agonizaba. Además, alguien llamaba a la puerta y nada sacaba con fingir que no había oído. De alguna manera, tenía el sueño demasiado ligero, si bien me dormía en cualquier parte...cuando eres anfitrión, estás atento a todo, lo quieras o no. Mis visitas no solían durar más de cinco a diez minutos...bueno, unas cuantas horas, pero cuando las horas rebasaban el límite de lo convencional, pues...pues todo daba vueltas alrededor y mi espacio vital no lo sentía mío.
Quizás por eso me dormía en cualquier parte. Quizás por eso mismo, cualquier cosa me despertaba, acaso porque tenía miedo...acaso porque todo se me antojaba una particular pesadilla...acaso porque lo único que quería era despertar de verdad y sentía que podía hacer uso y dominio de todo cuanto me rodeaba y en lugar de eso...se habían tomado mi territorio, carajo, y más encima alguien golpeaba la puerta...con suerte tenía tiempo para llevarme una pastilla de menta a la boca antes de abrir, sentir el frescor de mi aliento y avanzar, intentar no parecer un pobre diablo apaleado en un rincón lejano de esta pinche ciudad plagada de estrellas en el suelo y en el cielo, siempre prefiero las del cielo, me gusta creer que hay alguien allí, esperándome, sin saber que he llorado hasta dormir.
Aunque en el fondo...estaba preparado para abrir la puerta. Esperaba algo así, no sabía cómo, no sabía cuándo, pero sabía que ocurriría más temprano que tarde, no quería que fuera tarde, estaba seguro de que lo lamentaría más, como si poco lamentara el hecho de tener el sueño ligero o directamente, padecer de insomnio, pero de ahí al autodiagnóstico...ya bastante tenía con saber que estaba trastornado y de mis problemas de control de ira.
Junto a la puerta, tres golpes más, eso bastaba para comprender la desesperación de quien llamaba. Podría haber sentido mi presencia del otro lado, pero estaba demasiado ocupado intentando llamar al propietario como para pensar que ya lo tenía por cansancio, todo con tal de acabar pronto con todo y así recuperar el justo dominio, la justa posesión, la verdadera justicia...aunque gracias a Dios, abogado no era ni lo sería ni tenía las intenciones.
Pero a veces pasa que estás preparado para todo y al abrir...sí está relacionado con lo que esperas lo que a ti te espera del otro lado, pero esa presencia, de golpe, también cambia todo, así como la situación previa. Y te preguntas cómo es que fuiste tanto que no sumaste dos y dos antes, porque es cuatro, pero si lo imaginas, podría ser veintidós, pero todo es cuestión de mirar e imaginar... ¿Y cómo podría haber imaginado toda esa situación? Quizás tomando en cuenta algunos puntos y considerando que las coincidencias siempre están a la orden del día...y que quizás Dios sí juega a los dados con nosotros, algún entretenimiento tenía que tener allá, en la eternidad.
−Santana –una voz profunda, casi de locutor de radio, de las mejores, no lo sabría yo que apenas veía televisión–, supongo que...le sorprende mi visita a estas horas.
Entonces todo hizo clic una vez más en mi memoria y me pregunté cómo había pasado por alto todos los detalles. Después de todo, existía un aire...un parecido, quizás no físico, pero sí perceptible, ése que te dice que has pasado por determinadas situaciones en el pasado y sabes que se repiten en el presente...ah claro, lo llaman déjà vu o paramnesia...con la diferencia que ninguno de esos acontecimientos los había soñado, los había vivido y había pasado por alto todos los malditos detalles, yo, que vivía de unir todos los puntos a la vez, que vivía de la imagen que me pudiera brindar el puzle completo con sus mil piezas, las mismas que me daba el azar, las mismas que traía consigo el karma, las mismas que también creaba en el pasado...las mismas que me miraban a la cara en el presente.
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Hollywood Arts: Academia del Caos
RomanceSe preguntarán... ¿Qué tienen en común un par de chicas como Victoria Vega o Jadelyn West? Pues les puedo asegurar que más de lo que ellas o nadie puede imaginar. ¿Y cómo lo sé? Porque estudié para escuchar...sí, soy psicólogo. Y me empiezo a pregun...