El maestro señaló el pizarrón con la tarea escrita en este y al instante el timbre resonó por toda la escuela. Guardé mis cuadernos y libros en mi mochila y pasé ambas correas de esta por mis hombros.
Finalmente la escuela había terminado, bueno, técnicamente había terminando solo por unas semanas. Nada más para dar inicio a las vacaciones de invierno.
La mayoría de los alumnos lo toman como si fueran las vacaciones de veranos y regresan 3 semanas después de la fecha dada, pero yo no estoy entre estos alumnos.Acomodo mi beanie y doy un suspiro para luego dirigirme a la salida donde ya varios estudiantes trotaban emocionados.
El frío viento de invierno golpea mi rostro haciendo que un escalofrío recorra todo mi cuerpo. Lo único que me gusta de esta estación es la nieve y su clima frío. Además, es un poco extraño que aquí en Sídney haga frío o si quiera neve. Mayoritariamente de las veces este lugar es más cálido, por lo que raras las veces comience a nevar.
Pero aún así me encanta, me recuerda a Washington.Exhalo y una pequeña nube de mi aliento caliente se dispersa en el aire.
Miro a mi alrededor pero aún mi hermano no ha llegado por mí.
Pff, el muy idiota olvidó que tenía una hermana.
Mordí el inferior de mi mejilla y resoplé. Es la tercera vez que pasaba.
La primera vez fue cuando recién había entrado al instituto, y recientemente habíamos llegado de Washington. El caso es que cuando se había terminado me quedé esperando por lo menos 20 minutos peor ni siquiera llegó y tuve que pedir un taxi, que a penas y logré recordar la dirección de mi casa.
En fin, luego de que llegara a casa con mi ceño fruncido a más no poder resultó que habían salido y habían olvidado avisarme.Una pequeña sonrisa se instaló en mis labios.
–hey, ____–una voz pronunció mi nombre e inmediatamente volteo en dirección a dónde provenía. Sonrío y camino en su dirección.
Cuando estoy cerca de él este sonríe y se recarga contra la pared. Mirándome con algo de burla.
–¿que haces aquí? Creí que te habías ido hace un rato–me preguntó mientras se cruzaba de brazos y levantaba una ceja.
Reí ligeramente y rodé los ojos.
–pues no. Al parecer mi hermano olvidó que tiene una pequeña hermana. Y no lo culpo, es un poco idiota
Él rió, una risa grave y suave pero a la vez graciosa. Reí con el.
–me compadezco de ti–dijo con pena fingida poniendo una mano en mi hombro. Me encogí de hombros y solté una risotada.
–y bueno, ¿que haces tú aquí?–dije después de estar unos largos segundos en silencio.
Él me miró por unos segundos directamente a los ojos y después se cruzó de brazos.
–no lo sé. Solamente quería quedarme un rato para despejarme un poco. Tú sabes, todo el estrés de los exámenes...
Hice una mueca y asentí lentamente. Calum solo hizo una seña con su mano como si aquello no fuera de importancia y metió su mano en su bolsillo sacando un pequeño rollo blanco. Lo encendió y lo puso entre sus labios dando una primera calada pasa después expulsar aquel peculiar humo.
Lo miré atentamente admirando cada movimiento, cada pequeño detalle de aquel chico. Realmente adoro cuando ríe sus ojos se achican formando unas pequeñas arrugas a cada lado de estos, sus ojos chocolate, sus gruesos labios, sus cejas gruesas, la forma en que ríe es tan adorable que aveces me dan ganas de apretarle sus mejillas.
