–Entonces, a las 20:00 en mi casa, ¿okay?–me pregunta Ashton ya estando en la entrada de mi apartamento. Asiento con una pequeña sonrisa sintiendo como mis mejillas se calientan poco a poco.
El chico sonríe haciendo que unos adorables hoyuelos de marquen en ambos lados de sus mejillas y caminando se aleja de ahí mientras levanta su mano despidiéndose.En cuanto lo veo desaparecer por el elevador cierro la puerta y con mi estómago dando vueltas me recargo contra esta mientras sonrío tontamente pensando en las mil maneras de pasar la noche juntos.
No puedo esperar a que sean las 8.Solté un gritito de felicidad y bailando como si tuviera animales en mi ropa interior me dirigí a mi habitación.
Faltaban 4 horas para ir a la casa de Ashton y estoy realmente nerviosa. Y no lo entiendo, no es como si fuera la primera vez que voy.
Pero siento como si lo fuera, han pasado tantas cosas entre Ashton y yo que aún no me acostumbro del todo.Me paso toda la tarde en el teléfono en Instagram y Twitter para matar el tiempo, y cuando menos me doy cuenta veo la hora.
¡40 MINUTOS PARA LAS 8!
Como alma que lleva el diablo me dirijo hacia el baño, y puedo jurar que estuve a punto de estrellarme contra el piso del baño, pero por suerte no iba tan rápido.
Me di una ducha súper rápida, envolví mi cuerpo en una toalla y salí en una velocidad sobrenatural.Ya después 20 minutos me encontraba frente al espejo decidiendo que es lo que le diría.
–¡hey Ashton! ¿Cómo estás?...–dije pero me arrepentí mientras negaba y golpeaba con la palma de mi mano mi frente–no, eso suena muy como si fuera su hermano.–me quejé–¿que tal Ashton? ¿Todo bien?
Esto es realmente difícil, estoy tan nerviosa.
Gruñí y dejé caer mi frente en el espejo ganándome un golpe.
Resoplé y miré mi teléfono que se encendió gracias a una notificación.
Abrí mis ojos como platos y me enderecé, tomé un bolso y metí mi teléfono, algo de dinero, un perfume y brillo labial. Ustedes saben , por si se da la ocasión.
A grandes zancadas traté de ir pero mis piernas no eran lo suficientemente largas por lo que me veía algo extraña. En fin, llegué a mi auto y rápidamente lo puse en marcha hacia la casa de Ashton.
Después de unos 5 minutos me encontraba en la puerta con mis pulsaciones a mil por hora. Restregué mis manos por mi vestido por tercera vez y tragué saliva, con mi mano temblorosa toqué el timbre y al darme cuenta de mi estado me di una bofetada.
Aunque me dolió como la mierda, pero me sirvió.
Esbocé una gran sonrisa cuando vi la puerta abrirse. Una estampida de mamuts se soltó en mi estómago al momento en el que sus ojos chocaron con los míos.
–nena–murmuró con una sonrisa mientras se acercaba a mi y depositaba un suave beso en mi mejilla.
Éstas las sentí enrojeces rápidamente y solté una risita tonta. A lo que solo Ashton rió.
Tomó mi mano y tiró de esta suavemente haciéndome pasar al interior de la casa.
Al estar dentro pude percibir un delicioso aroma a vainilla y cuando menos me di cuenta mi boca y mis ojos estaban abiertos a más no poder.