Capítulo 36

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Estaba agotado. Había estado haciendo muchas guardias la última semana ya que al día siguiente nos íbamos a Prosper para pasar Acción de Gracias con Jyraiya y Tsunade.

Para mi desconcierto Sakura estaba en la cama cuando llegué a casa. Se despertó cuando entré en la habitación, donde no esperaba encontrarla durmiendo.

- Oh, cariño, lo siento – me disculpé – No pensé que estuvieras dormida

- Lo siento, Naruto, estaba agotada – dijo incorporándose en la cama.

Me acerqué a saludarla pero cuando se sentó, se llevó la mano a la boca y salió disparada hacia el cuarto de baño. La observé confuso y fui tras ella para encontrarla volcada sobre el retrete.

- Cielo, ¿qué sucede? – pregunté acercándome

Levantó la mano y la apoyó débilmente en mí para empujarme.

- Vete, no hace falta que veas esto – dijo antes de que un nuevo espasmo la asaltara

Me agaché a su lado para sostener su cabello y acariciar su espalda mientras vomitaba.

- ¿Qué sucede, cariño?

- He tenido un día fatal – confesó cuando se levantó y bajó la tapa del retrete para sentarse en ella

- ¿Algo te ha sentado mal? – pregunté y le acerqué un vaso con agua

- Supongo que sí. No sé qué pudo ser, pero he estado todo el día con vómitos, y estoy exhausta.

No pude evitar sonreír. Si mis sospechas eran correctas, no se trataba de un simple trastorno estomacal.

- ¿Qué? – dijo recelosa al ver mi sonrisa

- Nada

- ¿Por qué sonríes?

- Nada, cariño – dije besándola en la frente – ¿pero estás segura que es algo que has comido?

- ¿Qué quieres decir?

- ¿No deberías ya haber tenido el período? – pregunté posando mi mano en su vientre

- Oh, no – dijo convencida de tener razón – No estoy embarazada

- ¿Por qué estás tan segura?

- Porque no me siento igual que cuando quedé embarazada antes – explicó aunque dudosa

- Eso no tiene nada que ver, no todos los embarazos son iguales

- Pero es que entonces no había tenido vómitos ni náuseas…

- Puede que ahora sí los tengas

- Pero las náuseas deberían ser matutinas… - discutió

- No necesariamente – rebatí y me miró desconfiada

- ¿Tú crees?

- No lo sé, cielo, pero es posible. Llevamos más de dos meses casados y no hemos tomado precauciones ni una sola vez – dije sin dejar de sonreír

Se levantó y caminó hasta detenerse frente al espejo. Se la veía pensativa y me preocupó que no le hiciera ilusión.

- ¿Qué sucede, cariño? – dije acercándome por su espalda y abrazándome a ella – ¿No tienes ganas de tener un bebé?

- Oh, no. Claro que sí – confesó y una solitaria lágrima rodó por su mejilla – Es que no me lo esperaba

- Aún no es seguro, pero supongo que podríamos hacerte una prueba para asegurarnos

(N&S) Mi niña de prosper +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora