(N&S) Mi niña de prosper +18

Capítulo 20

Feliz Año :*

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Las últimas dos semanas habían sido un desastre. Todos mis intentos por comunicarme con Sakura estaban resultando inútiles.

Dos días después de haber vuelto de Prosper, me había presentado en el departamento de Ten-Ten. Neji había abierto la puerta.

- Naruto– saludó con tono cansino – Tú por aquí…

- Necesito tu ayuda, Neji . Tengo que comunicarme con Sakura .

- Lo lamento, tío, no tengo ni su dirección ni su teléfono.

- Pero estoy seguro que Ten-Ten sí puede comunicarse con ella.

- Sí, pero deberás hablar tú con Ten-Ten , yo no le pediré los datos de Sakura para dártelos a ti. Aprecio mucho mi relación con mi chica – sonrió

- Ya – susurré – ¿y crees que   Ten-Ten me ayude?

- Sinceramente, lo dudo, pero supongo que no pierdes nada con intentarlo. Pero, Naruto , ¿no crees que lo mejor sería que la olvidaras?

Lo miré con los ojos desorbitados, no podía pedirme eso, simplemente no podía.

- No voy a perderla, Neji

- Ya la has perdido, tío. Y lamentablemente, ella ha perdido mucho más que tú.

- No quiero que ella lo sepa, pero ya he arreglado lo de su beca – Neji me miró expectante

- ¿Sí? ¿Qué has hecho?

- No mucho, simplemente he conseguido que pueda seguir estudiando pero sin que sepa que fui yo quien lo hizo.

- ¿Has conseguido que le devuelvan la beca o pagarás tú por sus estudios?

- Eso no importa, lo importante es que podrá retomar sus estudios

Neji me miró con suspicacia. En ese momento entró Ten-Ten . Me observó perpleja.

- ¿ Naruto ? ¿Qué haces tú aquí?

- Tengo que hablar contigo

- ¿Qué diablos quieres ahora? – me espetó con claro malestar

- Necesito comunicarme con Sakura y tú eres la única que puede ayudarme.

- Pues, a buen puerto vas por agua – dijo burlona – No pienso ayudarte

- Diablos, Ten-Ten ! – bufé y ambos me miraron con rabia – ¿Es que tú nunca cometiste un error? ¿Acaso nunca has hecho algo de lo que te arrepientas?

- Cientos de veces. Cientos de veces me he arrepentido de cosas que he hecho, pero siempre he cargado con las consecuencias. Decir que cometiste un error es un chiste. Estuviste cometiendo un error tras otro durante más de seis meses y todos para enamorar a Sakura y tenerla en tu cama. Uno llega a pensar que fue premeditado.

- No tienes idea lo que estoy sufriendo

- No. Pero tengo una gran idea sobre lo que Sakura ha sufrido.

- Por favor, Ten-Ten , deja que sea ella quien me diga que no quiere volver a verme.

- ¿Es que acaso no te lo dijo la última vez que la viste? – dijo irónica

- Necesito implorarle perdón - rogué

- De acuerdo - accedió – déjame tu número de teléfono y cuando hable con ella se lo daré para que te llame.

- Sakura tiene mi número – rebatí cayendo en su juego como un idiota

- ¿Lo tiene? – sonrió sarcástica – Entonces tal vez no te haya llamado porque no le apetece hablar contigo.

- Vamos, Ten-Ten , he ido a buscarla a Prosper, me he llevado una paliza de parte de su amigo Sasuke, necesito verla - supliqué

- ¿Y crees que un viajecito a Texas y un puñetazo puede compararse con todo lo que Sakura te entregó? ¿Todo lo que perdió por tu causa? Eres un cínico. Vete de mi casa, por favor.

- Ten-Ten , por favor…

- Vete, Naruto , no tengo nada más que decir – dijo dirigiéndose a la puerta que sostuvo abierta hasta que salí de allí.

Esto era un desastre, ahora realmente no me quedaba nada por hacer. Sólo agradecía que Sakura tuviera una amiga como Ten-Ten que la defendiese por sobre todo, aunque ello significara que yo no la podía contactar.

Finalmente habían pasado tres meses desde que Sakura me había dejado y ya no sabía dónde buscarla.

Ten-Ten se había negado a decirme nada, tantas veces como se lo había pedido. Su última respuesta había sido que Sakura no quería saber nada de mí y así de claro se lo había dejado cuando le había dicho que yo la estaba buscando.

Había probado con el departamento de policía de Prosper. Había llamado pidiendo hablar con Jyraiya pero éste se había negado a atenderme.

Estaba realmente desesperado, la única solución que veía era esperar que comenzara el curso. Cuando Sakura volviera a clases, entonces podría buscarla. Sabía que no volvería a vivir con Ten-Ten , ya que ésta estaba viviendo ahora con Neji, pero no había forma de que no volviera a clases; y allí iría a buscarla, me pararía en la puerta de la Juilliard cuanto hiciera falta pero no había forma de que me fuera sin verla. Aunque para ello aún faltaba más de un mes.

La buscaría y la encontraría, le pediría perdón de tantas formas como fuese necesario, pero necesitaba a esa niña en mi vida. Porque era mía, era mi mujer, mi vida, y yo no podía vivir si no estaba con ella.

- No puedes seguir así, Naruto . Esto no es sano. Ino está muy preocupada por ti, y sé que Kushina también lo está. – dijo Sai con preocupación sentándose frente a mí en mi consultorio.

- Lo sé, Sai . Crees que me gusta sentirme como me siento? Pero no hay nada que pueda hacer. ¿O al menos no sé cómo hacerlo?

- ¿No crees que pueda estar en Prosper?

- No lo sé. ¿Tú qué crees?

- Creo que debes encontrar a esa chica de una vez por todas, o todos nosotros moriremos ahogados con tu propia angustia.

Forcé una sonrisa.

- Lo siento, Sai , intentaré no agobiaros.

- No nos agobias, Naruto , pero todos estamos preocupados por ti. ¿Qué es lo que piensas hacer?

- No lo sé. De momento espero encontrarla cuando comiencen las clases, pero temo no poder dar con ella. – suspiré – Y por otra parte, pienso, ¿me perdonará cuando la encuentra?

- No lo sé, tío, sin dudas creo que no lo tienes nada fácil. Pero si te sigue amando tanto como cuando os vi, no dudo que pasaréis toda la vida juntos.

- Ojalá, Sai , no hay nada que desee más. – dije levantándome y cogiendo la chaqueta que colgaba del guardarropa.

- Venga, vayamos por unas cervezas – dijo Sai acercándose a la puerta para marcharnos.

Estábamos saliendo cuando Menma apareció frente a nosotros con rostro ansioso.

- Naruto , pensé que ya te habías marchado – suspiró respirando pesadamente para calmar su agitación

- En eso estábamos, Menma. ¿Qué sucede?

- La encontré – suspiró

Sai y yo lo miramos con desconcierto

- ¿A quién? – pregunté con vacilación

- A Sakura – sentenció dejándome sumido en la confusión mientras sus palabras se repetían en mi mente.