capítulo 42

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Solo faltaba una semana para el mes de marzo cuando finalmente Shizune autorizó a Sakura a viajar en avión.

Así fue que el último viernes de febrero finalmente nos trasladamos a Prosper. El camión de la mudanza ya había llevado nuestras cosas allí aunque los muebles los habíamos elegido por catálogo y los habían montado directamente en nuestra nueva casa.

Sakura había entrado en la semana veinte del embarazo y el día antes de volar nos habían dicho que estábamos esperando una niñita. Así que ya sabíamos los colores que debíamos utilizar en su habitación y ambos estábamos ansiosos por decorarla.

- Iremos a visitaros tan pronto como estéis instalados – decía Kushina mientras nos abrazaba en el hall del aeropuerto, con los ojos acuosos

- Estáis invitados cuando queráis, ya lo sabéis – repetí una vez más

- Oh, Naruto, te echaré tanto de menos – suspiró llorando hundida entre mis brazos

- Y yo a ti, mamá, pero sabes que vendremos de visita y te esperamos a ti también allí. Hablaremos todo el tiempo – prometí

- Lo sé, lo sé. Estaré allí cuando se acerque la fecha del parto. – nos aseguró cuando Sakura se acercó a nosotros para despedirse de mi madre también

- Realmente será muy importante para nosotros, Kushina

Kushina y Minato estaban ultimando el divorcio. Ella había vuelto a la casa y Minato había comprado un pequeño departamento en el centro de Manhattan. No obstante yo confiaba que tarde o temprano se reconciliarían. Esperaba que así fuera si eso hacía feliz a mi madre.

Finalmente mis acciones las había comprado Ebisu, el quinto socio de la clínica, quien sumado a su actual participación obtenía un treinta y ocho por ciento del capital. Esto dejaba a Minato, con un cuarenta y cinco, en una posición bastante vulnerable, ya que cualquier pacto de Ebisu con Danzo lo dejaba en minoría.

Fue así como se vio obligado a aceptar contrataciones con las que no estaba de acuerdo, reformas que no eran convenientes y ramas de negocio que iban en contra de la filosofía de la clínica.

De momento la clínica seguía en su poder, pero había perdido varios cientos de miles. Esto sumado a la sentencia de divorcio lo estaba dejando al borde de la ruina.

- Bueno, hermano – me dijo Sai alejándome de las mujeres – Cuídate mucho y cuida mucho de tu mujer y tu hija. Ya sabes que te deseo lo mejor

- Lo sé, hermano. Cuida de mi hermanita o volveré de Texas sólo para patearte el trasero – amenacé y ambos reímos.

Menma se acercó simplemente y me palmeó la espalda.

- Que te vaya muy bien, hermanito. Ojalá no tuvieras que marcharte.

- Sabes que no tengo opción

- Lo sé. Tanto como sé que Minato se arrepentirá de obligarte a irte. Espérame cuando nazca mi sobrina.

- Lo haré. Y tú, de verdad espero que puedas solucionar las cosas con Sora.

- Sora ya ha pasado página conmigo, pero no te preocupes por mí, yo estoy bien.

- Nadie te juzgará por reconocer que le quieres y lo estás pasando mal – dije haciéndolo sonrojar

- Lo sé. Supongo que debo aprender a ser más honesto con lo que siento – sonrió – pero ya sabes, yo soy un tipo duro…

Nos instalamos en Prosper, en nuestra nueva casa, y adaptarse fue mucho más fácil de lo que hubiese podido imaginar.

La casa era perfecta, cómoda y acogedora, y pronto pusimos manos a la obra en la decoración de la habitación del bebé.

(N&S) Mi niña de prosper +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora