Part 24 "The Heir To Destruction"

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Existen miles de teorías tratando de explicar los fenómenos del universo, miles de números y formulas…pero todas incapaces de explicar cosas tales como el “espíritu”. En un mundo donde ya no existen respuestas, dónde todo se desmorona poco a poco y la razón del ser humano se pierde…qué legado queda?

Me detuve un momento mientras revisaba los informes que Montes me había dado. Con una mano me di un ligero masaje a las sienes, sentía como una migraña venía en camino. Jamás había sentido tanto estrés en mi vida, ni siquiera durante mi carrera, bueno, lo que complete de ella al menos. Tome aire y mire a mi alrededor, un cuarto pequeño con un cochón viejo en un rincón y la mesa de madera con trazos de humedad en la que trabajaba, algo muy humilde pero en verdad no podía pedir más después de todo por lo que pasamos.

Aquel momento en que realmente creí que todo terminaba para nosotros, que si no fuera por Tampa…seguramente Mile y yo no estaríamos vivos para contarlo. Aquella emboscada en la que se perdió más de una vida y nuestras esperanzas fueron destrozadas sin piedad. Y los pocos que sobrevivimos no teníamos una razón para vivir, nos quedamos sin nada, sólo las camionetas y nuestros orgullos heridos…

“Suban a los que estén gravemente heridos a las cajuelas de la Lobo y la Silverado, los demás súbanse en el lugar de pasajeros” la voz de  Vilchis sonaba imponente.

Caminaba lentamente hacia la Hummer con ayuda de Mile mientras observaba como Ramóny  Harry fueron subidos a la cajuela de la Silverado inconscientes entre Jess, Iraís y Josué, para luego subir a Pancho y a Aldo a la Lobo en un estado similar. Los cuerpos de Tampa y Raúl fueron quemados dejando sólo un par de cruces de madera como recordatorio de su existencia. Conforme a Laura, como su cuerpo se perdió en la explosión, para ella sólo se colocó otra cruz en su honor.

“Asahel…puedes manejar?” escuché la voz de Iraís a mi lado.

“Creo que sí…sólo me torcí un poco mi tobillo” le respondí.

“De acuerdo…llevate la hummer…yo acompañaré a Josué en la Silverado y Jess a Vilchis en la Lobo” me dijo tratando de controlar sus emociones.

Simplemente le respondí moviendo mi cabeza en forma de afirmación, ella se fue y Mile me ayudo a subirme a la Hummer.

Las tres camionetas solas en la carretera, teníamos a 4 personas heridas de gravedad, habíamos perdido a tres y para los seis que quedábamos, nuestra cordura colgaba de un hilo.

“A dónde vamos?” pregunte por el radio.

Escuché la voz de Vilchis por la radio. “A Bernal”

“Por qué?” le volví a preguntar.

“Ahí quedamos en ir antes de que todo esto pasará…es nuestra última esperanza” me respondió con un tono preocupante.

Me quede en silencio manejando, él tenía razón…si no encontramos nada en Bernal, ahí acaba nuestro viaje…

Pronto logré ver a lo lejos un monolito y el pequeño pueblo que se extendía a sus faldas. Por un momento me congele, esperaba que no hubiera zombies, pero ese era un simple deseo. Pude ver a los zombies rondando por las calles del pequeño pueblo, se percataron del sonido de los motores y giraron hacia nosotros.

“Retrocedan!” la voz de Vilchis resonó en la radio.  Traté de reaccionar y seguir sus instrucciones pero las calles eran demasiado estrechas para maniobrar con tremendas camionetas. Los zombies comenzaron a rodearnos golpeando los vidrios,; escuché los gritos histéricos de Mile a mi costado. Cerré mis ojos, esté era nuestro fin, no había duda de eso.

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