Mi vida era tan miserable sin ella que una semana después de su muerte trate de hacer lo mismo que ella. Pero no funciono. El suero había reaccionado de manera distinta en mi propio organismo.
Después de sentir la asfixia desesperante espere largos minutos que parecieron horas a que mi cuerpo cediera , pero eso nuca paso, el suero me había vuelto más fuerte de lo que pensaba y no entendía porque el destino se había ensañado tanto conmigo. Nunca llegó a mi lo que tanto deseaba. Sin poder resistir más, logre alcanzar el tubo del oxígeno y lo puse directamente en mi nariz. Cuando mis ideas se hubieron aclarado un poco, voltee a ver lo que quedaba de un gran edificio, que había conservado solo tres pisos de los numerosos que había poseido.
Cuando me hube recuperado a medias, comencé a sentir los efectos del sol en mi piel, me estaba quemando, pero nunca como lo hacían mis sentimientos, y el eterno dolor que me acompañaba a donde fuera.
Subí al tercer piso de lo que quedaba del edificio. No me puse el casco en ningún momento, ya no me importaba nada, solo deseaba fervientemente la muerte. En la cima, pude oír claramente el viento que pasaba a ambos lados de mi cuerpo , rozando mis mejillas. Camine por el filo del edificio como en los tiempos prósperos del planeta, como si se tratase de un paseo más, sin embargo, fue el más placentero de todos. Me abandone a la felicidad y el alivio y dando un paso al vacío, me aventé de ese tercer piso.
Con una sonrisa en el rostro, logre escuchar claramente el viento pasar a toda velocidad sobre mi rostro, respire profundamente el aire tóxico de la atmósfera recordandola a ella, y cada uno de los pocos momentos que pasamos juntos, el alivio que sentía era infinitamente gratificante, y al fin, después de tanto tiempo sentí como ese vacío que había en mi se llenaba. Minutos después oí mis huesos crujir cuando impacte contra el suelo, y comenzaron a abrirse heridas por toda mi piel, sin embargo, no deje de sonreír, hasta que todo se volvió obscuro.
Al despertar , pense que estaba muerto, pero al abrirlos parecía que la vida y al destino aún querían provocarme más sufrimiento. Entonces comenzó el dolor. Mientras me asfixiaba, sentia como la sangre salía lentamente de mi cuerpo quebrado. Y supe que aún tendria unos últimos minutos de dolor antes de morir
ESTÁS LEYENDO
2100
Science FictionEntre los escombros de la belleza perdida de aquel que una vez fue el planeta azul vaga con una única esperanza uno de aquellos causantes de semejante catástrofe. Su dolor por la vida perdida es grande, pero mas su desesperación por encontrar al me...
