Encuentro

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He recorrido ya mucho kilómetros,  es muy noche, estoy  casi muerto de sueño y cansancio, siento que no podré dar un paso más si no  descanso, así que me iré a dormir, pero estoy muy feliz por haber llegado finalmente a mi destino.

Hoy  al despertarme supe que la esperanza no sirve de nada, he perdido todo rastro de ella, o al menos una gran parte. En cuanto vi la luz del sol no quería creer lo que mis ojos veían !Ahí estaba¡, encontré lo que con tanto deseo quería mi corazón, sin pensarlo corrí hacia el otro humano y lo abrazo,  a pesar de haberse cumplido mi mayor miedo, si, ese otro humano es una mujer, pero la felicidad me invadió y no pude evitar el impulso de abrazarla; no recordaba haber estado tan feliz en toda mi vida de encontrar a alguien, de echo, me gustaba alejarme de las personas, no las soportaba, y nunca pensé llegar a necesitarlas tanto. Ella me miró con la misma alegría que yo, le quize hacer saber que la habia buscado por todo el mundo, pero ella no pudo entenderme, no hablaba el mismo idioma que yó, en ese momento me pregunté por qu los humanos conservabamos diferentes lenguajes en lugar de generalizarlo todo para que en cualquier lugar del mundo pudiesen entenderte. Busqué alguna  tablet entre los escombros, mientras lo hacía ella no despegaba los ojos de mí;cuando al fin la encontré, rayada y polvorienta,comprobé que aún sirviera, para mi suerte la tablet encendió y sin perder tiempo busqué el traductor y le señalé lo lenguajes que aparecian en la pantalla. ella seleccinó el que hablaba y yó el mio, volví a pronunciar las mismas palbras de antes con igual entusiasmo o mas, del aparato se desprendieron otros sonidos que significaban lo mismo que yo habia dicho pero en la lengua que ella comprendía, acto seguido sonrió y dijo algo, nuevamente la tablet emitió palabras que yo entendí a la perfeccion, ella tambien me habia buscado desde la catastrofe mundial que habia ocurrido. Para mi desgracia recordé la promesa que me había echo a mi mismo, pero no me importó, le pedí que viniera  conmigo, que volvieramos a Tsukarly  para que conociera lo  poco que quedaba de aquella gran ciudad. Es evidente que me dejé llevar por la emoción,  no pensé ni un momento en las consecuencias,  y ella tampoco porque pareció no pensarlo ni un momento y aceptó. Sin querer perder más tiempo partimos y recorrimos algunos kilómetros. Al dormirnos hizo algo que yo no esperaba, tomó los cuatro dedos enguantados de mi mano y los entrelazó con los suyos, me abrazó y después buscó un lugar cómodo para dormir, dentro de lo que podíamos esperar, claro. Me confundió bastante su gesto, pues en  Tsukarly,  donde yo me desarrollé,  las personas solían ser bastante frias, y me incluyo,
Ahora sé que fui un grandísimo tonto al dejar pasar la oportunidad  de alejarme de ella, solo pensé en mi sentir, como es natural en todos los humanos, al final, lo he pagado muy caro, al más alto precio que se puedan imaginar.

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