Kyuujyu Amagiri

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"La rectitud es el poder de tomar, sin titubear, una decisión concerniente a una cierta forma de conducirse que se encuentra acorde con la razón: de morir cuando se debe morir, de herir cuando se debe herir"*




Reconocido incluso por sus enemigos, Amagiri era un hombre noble y respetable que seguía fervientemente el código samurai. Sirviente de Kazama Chikage el Oni puro presuntuoso, el mismo todavía guardaba ciertos secretos del mencionado....






Cuando regreso a su morada lejos de las miradas ansiosas y chismes que se pudieran producir hacia su jefe, Amagiri respiro un poco de paz al entrar a su morada, extrañado por las presencias en el hogar siguió tranquilamente esperando quizás algún enemigo... Sus ojos se abrieron un poco al ver al hombre mayor mirándolo seriamente y junto a el sentada en el suelo de madera a su izquierda una mujer, que estaba cubierta por la ropa muy formal.

Se pregunto de que se trataba todo aquello y le envió una mirada extrañada al hombre que ciertamente no reconocía.

- Estaba seguro que no me reconocerías, ha pasado mucho tiempo...comento el hombre apretando el puente de su arrugada nariz, los filosos ojos verdes del anciano lo miraron detenidamente esperando alguna reacción del hombre.

El macho Oni de cabello rojo miro detenidamente el anciano, tratando de encontrar alguna conexión con su presencia y sus palabras hasta que en su cabeza se llevo acabo esa conexión.

-..Hitoshi-san murmuro abriendo sus orbes azules, el anciano parecía aliviado ante la mención de su honorable nombre

- Veo que por fin me recuerdas y supongo que también recuerdas nuestro trato alego, el de ojos azules asintió y ahora miro a la mujer que se había mantenido en silencio sentada cerca del hombre mayor.Cuando llego a su hogar no lo había notado pero la mujer tenia cierta aura de demonio en ella. ¿Seria posible? el no recordaba aquello.

- Querida por favor levántate... Hitoshi ordeno a la mujer mientras el mismo lo hacia,ambos se acercaron a Amagiri y el hombre quito el estorboso velo de la mujer, mostrandole a el Oni, una joven mujer de características casi impecables, brillantes y grandes ojos verdes, mejillas teñidas en un color rosa pálido y unos labios en un tono durazno que lucían como si de dos cerezas maduras se trataran. Negar que por la cabeza del pelirrojo pasaron ideas casi indignas de el, seria mentir, ¡por que lo hizo!

- Es un placer conocerte... ella dijo con una voz tímida, que apenas cubría el duro tono de su voz, refiriéndose claro a su poder.

- Es tu prometida... el hombre dijo como si no fuera ya lo mas evidente, bueno la repentina falta de memoria de Kyuujyu le había obligado a hacerlo de esa forma brusca. Ademas seria mejor apresurar todo antes de que cierto hombre que odiaba se enterara de todo...













* frase extraída del libro Bushido: El código samurái de Inazo Nitobe


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