Heisuke I

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Solicitado por xmoongiax

Dentro de las grandes montañas que cubrían el viejo castillo el olor a sangre se filtraba a los alrededores, todo aquel que estuviera cerca podía notarlo, destrucción y pedazos de armas esparcidas cerca de la entrada del castillo, era un vista para nada apetecible. Sin embargo el dúo se había aventurado a subir, la razón era desconocida, pero podía verse un cierto brillo en uno de los dos viajeros y una mirada aburrida en el acompañante masculino.












—Maldición, ¿Por qué tenemos que ir a ese lugar?—grito molesto el hombre de cabello marrón con una coleta baja mirando con sus comunes ojos marrones toda la destrucción alrededor. Parecía que el accedió no llevaba mucho de haber sido cometido y allí estaba él, caminando sobre los restos del gran castillo por el capricho de su mocosa acompañante.

—¡Por lo menos contéstame!— grito molesto mientras veía como el viejo yukata se escurría entre las maderas destrozadas para adentrarse a la estructura aún en pie el castillo, golpeó con su  mano su cabeza y decidió dejarla vagar adentro del castillo, él se aseguraría que no hubiera peligro afuera, antes de acompañar a la descuidada mujer. ¡Los problemas que pasaba por cumplir sus caprichos!

La joven se inmiscuyó dentro del esqueleto del castillo, su nariz la llevaba hacia algún lugar, en un principio cuando se toparon con la batalla, se habían escondido cerca del castillo cual ratas de campo y observaron toda la acción desde lejos, si bien el olor de la sangre era repulsivo pudo sentir el aroma extraño de los Rasetsus, estaba bastante curiosa sobre el asunto y convenció a Hiro de quedarse con ella para investigar una vez que se acabara la pelea.

Por supuesto que Hiro se había negado, diciéndole que era estúpido estar en ese lugar en primer lugar, que deberían regresar rápido a su aldea a la seguridad de ¨su¨ gente. Ella trato de explicar que podía oler ese característico aroma, el hombre de cabello marrón comentó que quizá sus sentidos se estaban debilitando y la estaban engañando. Después de una mirada mortal de ella, él dijo que también podía olerlo, pero eso no lo hacía importante, era un simple problema que no les importaba, luego de discutir un rato ambos acordaron quedarse, para que ella pudiera investigar un poco más. 

Esbozo una linda sonrisa al recordar las miradas de ira que recibió de su compañero mientras seguía sus instintos, pero siendo algo cuidadoso, sostuvo fuertemente la daga cerca  su pecho, prestando atención a cualquier sonido extraño. 

Camino silenciosamente tratando de evitar pisar los cadáveres y revisando también si tenían algo valioso que les pudiera servir. 

Luego de una exhaustiva revisión de los cadáveres, finalmente llego a su premio y se acercó suavemente a los cuerpos para oler bien el aroma que emanaban, eran rasetsus definitivamente, tomo la muñeca de uno de los cuerpos y reviso su pulso para asegurarse de que estuviera muerto antes de hacer sus ¨experimentos¨ en ellos.

Cuando se dio vuelta para revisar la muñeca del cuerpo más pequeño casi chillo al sentir el débil pulso que tenía, se mordió el labio aterrada de saber que estaba vivo, miles de pensamientos volaron por su cabeza. Y algunos seguramente no le gustarían a Hiro…

—¿Qué demonio estás haciendo?—grito la voz tan característica de Hiro haciéndola saltar de su lugar

—Este, esta medio muerto…—dijo sin soltar su muñeca, Hiro la fulmino con la mirada y desenvaino su katana. El brillo de la hoja la hizo estremecerse y de inmediato salto sobre el cuerpo tratando de no aplastarlo.

—¡Deja de protegerlo! Sabes que tengo que acabar con él— grito molesto antes de regresar la katana a su lugar en su cintura y  tratar de jalar a la petulante mocosa del futuro cadáver.

—¡No! Por favor…—chillo tratando de aferrarse al cuerpo, la conmoción logro que Hiro la jalara lo suficientemente fuerte como para voltear el cuerpo del hombre, ella se dio vuelta y pateo a Hiro antes de arrastrarse de regreso y mirar fascinada al hombre cubierto de sangre.

Su piel estaba llena de sangre y tierra, de igual manera su cabello corto castaño con algunos mechones blancos delatando su estado,  ella podría decir que era guapo, esto causo un sonrojo en sus suaves mejillas, antes de sacudir sus sucios pensamientos y examinar su cuerpo. Podía ver la herida y como la sangre fluía como un pequeño manantial, le dolió pensar que sus compañeros lo dejaron agonizante en esta lugar sin siquiera darle una muerte digna.

Su estúpida compasión se estaba haciendo cargo de su mente nuevamente, podía sentir su corazón  palpitar y la extraña reacción de sus sentido ahora que tenía tan cerca el olor de la sangre fresca que la había traído a este lugar.  Escucho el movimiento de Hiro lejos de ella, gimiendo de dolor luego de levantarse de la patada que le había dado y sin pensarlo corto su muñeca y la coloco en los labios del rasetsu, forzó su muñeca dentro de los labios aun cálidos y dejo que la sangre corriera por su torrente, podía olerlo ahora…mucho mejor.

—¡No lo hiciste! Joder, dime que no es tu muñeca la que está en su boca—ella casi le dio una sonrisa petulante, si no hubiera sentido como su muñeca ahora estaba siendo mordida fuertemente. La sonrisa se borró de su rostro  y miro fascinada como el hombre parecía estar en un estado casi de éxtasis mientras bebía de su muñeca como si fuera un animal.

Hiro se acercó y casi arranco su mano de la boca del hombre si no fuera por la repentina fuerza que el hombre tenia, arrastrando a la mujer cerca de una manera casi posesiva.

—Esto no está bien— susurro el moreno mirando como los ojos del hombre se abrían y de repente el verde de sus ojos cambiaba a rojo sangre y su cabello casi castaño se volvía a teñir de blanco. Hiro entonces se puso en acción y de un fuerte agarre desprendió el cuerpo de su acompañante del hombre, un una acción rápida y precisa aprovechando que el hombre cambio un poco su posición para golpeoo la parte trasera de su cabeza con el mango de su katana.

Hiro miro a la sorprendida mujer que respiraba rápidamente en el piso mientras se llevaba la muñeca al pecho, el mismo se puso en una posición de cuclillas arrebatando su muñeca y mirando como tardaba en sanar, eso no estaba para nada bien, el viejo iba a estar muy enojado con ellos.

—¡Te lo dije, cuantas veces debo de repetirte las palabras del viejo! No puedes ir recogiendo rasetsus como perros, son peligroso— gritó furioso mientras le daba una mirada muy fría a la mujer delante de él que estaba demasiado pálida...Ella no era demasiado pálida.





—¡Oye! No te atrevas a—sus palabras fueron de repente cortadas con el golpe del cuerpo de la mujer cayendo al frio piso. Sacudió su cuerpo preocupado y no obtuvo respuestas, están definitivamente en serios problemas.























Lamento la tardanza, pero tenía bastantes cosas que hacer :'(


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