Sobre las estrellas

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Las primeras luces de la mañana hicieron aparición por la ventana, aplacadas por las nubes grises que presagiaban la nieve que caería ese nuevo día. Harry apretó los parpados, no tenía ganas de abrir los ojos, quería quedarse en la cama, calentito y seguir soñando. Hacía tanto tiempo que no tenía sueños agradables...

Algo se movió a su lado, algo que lo tenía rodeado y era la fuente del calor tan agradable que había en su cama.

-Mmhg.

Harry se sobresaltó al sentir ese ininteligible balbuceo acompañado de un cálido aliento que chocó contra su cuello y, sin poder evitarlo, abrió los ojos sobresaltado y se dio la vuelta. Ahí estaba Tom; ni siquiera recordaba que Tom estaba en su cama y que había sido él quien le pidió que se quedara. Entonces... habían pasado la noche juntos, abrazados...

Estaba profundamente dormido en la misma posición en que se acostaron la noche anterior, sus brazos no habían dejado de abrazarlo...

"Es tan tierno..." – pensó sonriendo enternecido, observando como un fino hilo de saliva recorría desde la comisura derecha de la boca de Tom hasta mojar su almohada.

Toda la noche abrazándolo, alejando con su presencia las pesadillas, los recuerdos que atormentaban su alma. Toda la noche con él, durmiendo en la misma posición, brindándole generosamente su cariño, su protección...

Por la poca claridad que se atisbaba aun debía ser temprano, por lo que Harry se acurrucó otra vez contra Tom, rodeando su cuerpo con los brazos tal como hacía el muchacho y, por primera vez en mucho tiempo, se permitió el lujo de dormir un poco más. Y esas maravillosas horas fueron las mejores que había vivido en mucho tiempo, hasta que la claridad fue cada vez mas pronunciada y Harry se vio obligado a abrir los ojos de nuevo. A despertar, esta vez para no volver a dormirse.

Tom, que desde que despertó estuvo mirando el rostro de Harry mientras dormía enrojeció de vergüenza cuando esos ojos verdes se abrieron y lo miraron.

-Yo... lo siento... es que... – intentó disculparse aun abrazando a Harry, que lo miraba divertido.

-No te preocupes. Yo desperté hace unas horas e hice exactamente lo mismo contigo. – le confesó en un arrebato de sinceridad, del cual se arrepintió muy pronto al notar la cara y las orejas calientes.

Tom, un poco menos abochornado, sonrió cómplice, lo que hizo que el sonrojo de Harry menguara notablemente y se sintiera menos incómodo por su reciente confesión. La cual, ahora que lo pensaba era cuanto menos abrumadora...

Ambos se miraron nuevamente, ruborizados; parecía que la vergüenza había vuelto con más fuerza aun y al verse las caras no pudieron evitar reírse de ellos mismos y de lo absurdo de la situación.

Y fue un momento verdaderamente maravilloso; estar en la cama, abrazado a Tom, oyendo su risa y sintiendo su aliento en la frente, los espasmos de su cuerpo por las carcajadas mientras él mismo se deshacía en carcajadas contra su pecho... ¿Desde cuándo no se sentía así de bien?

Le daba la impresión de que había pasado toda una vida desde la última vez que se sintió así con alguien, aunque lo que sentía ahora iba mucho más allá de la simple comodidad. Tom despertaba en él sentimientos, despertaba impulsos que creía que se habían extinguido en su ser, o que realmente nunca existieron.

"¿Esto es vivir?" – Se preguntó mirando a Tom, notando dentro de sí esas ganas de hacerlo reír aun más alto, de verlo retorcerse entre carcajadas, ver todas y cada una de sus expresiones y descubrir todas y cada una de sus facetas.

Quería convertir esos ratos de silencio juntos en eternas conversaciones que duraran hasta la madrugada, saber las preocupaciones de Tom, sus inquietudes, sus pensamientos más profundos. Quería consolarlo y resarcirse del desprecio inicial con que lo había tratado.

Una oportunidad para TomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora