El Mendigo

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Omar un joven de no mas de 20 años salia de un bar de la ciudad solo, en un estado ebriedad algo avanzado, sin embargo ya caminaba a casa para dormir y descansar, no sin antes llamar a su novia para avisarle:

-Adriana...hola...ya voy a la casa, te confieso que los tragos me han afectado un poco, pero sabes que me gusta...te llamo apenas llegue...te amo!

-Por favor Omar...yo te amo, pero debes dejar de beber tanto...ten cuidado.

El joven incomodo por los constantes consejos de su novia, prosiguio su tambaleante caminata, hasta sin darse cuenta desviarse por callejon oscuro, nada parecia fuera de lugar, era el tipico lugar oscuro y sucio, si no fuera por un mendigo sentado a orilla de calle con su mano extendida en clara señal de que solocitaba alguna limosna, su mano era lo unico que se podia ver, ya que miraba al suelo imposibilitando verle el rostro.

Omar ya venia de mal humor, asi que no reacciono de buena forma cuando el mendigo le pidio dinero:

-Buenas noches...por favor me da algunas monedas para comer?...dijo el mendigo con una voz debilitada por la falta de comida.

-No me molestes asqueroso...de donde saliste?...por aqui no hay mendigos, tal vez te sirva algo de mi saliva.

Omar escupio la mano del hombre, y luego sonrio, para proseguir su camino a casa, aquel mendigo ni siquiera reacciono.

Unas cuantas calles despues, Omar se detuvo un par de veces para vomitar, parecia que el trago no le habia caido bien, algo raro en un experto bebedor, pero para su sorpresa, nuevamente al borde de la calle, sentado y con la mano extendida, estaba nuevamente aquel mendigo, Omar estaba ebrio, pero lo suficientemente conciente para saber que era extraño, como habia llegado primero que el?

-Que diablos?...como llegaste aqui mendigo sucio, me estas siguiendo?

-Buenas noches...por favor me da algunas monedas para comer?...repitio el mendigo, pero esta vez su voz habia cambiado, era un poco mas fuerte y gruesa.

-Vete al demonio...

Omar lo volvio a escupir, y acelero su paso hasta llegar a su casa cerando su puerta tras de el, antes de dormir, recordo llamar a su novia:

-Mi amor ya llegue a casa, estoy muy cansado voy a dormir...sabes que me paso algo muy raro?...

-Que te sucedio amor?

-Camino a casa me tope con un mendigo, cosa no comun por estos lugares, el tipo no me mostraba su rostro, pero me pedia dinero, aunque lo mas desconcertante, fue que luego de caminar varias calles, alli estaba denuevo...el asqueroso fue mas rapido que yo...ademas...

Pero su novia lo interrumpio subitamente, y con una voz temblorosa y muy nerviosa, le conto algo a Omar acerca de este mendigo, una leyenda urbana en la cual ella si creia:

-Mi...amor, por favor...dime...dime que le diste un par de monedas, por favor se que estas ebrio, y se como te pones de mal humor, pero por favor..DIME QUE LE DISTE UN PAR DE MONEDAS!...le decia Adriana muy alterada por el telefono.

-Pero que te pasa mujer?...porque te pones asi?...no me grites..mejor me voy a dormir...

-Espera Omar...escuchame, hay una leyenda sobre un mendigo, que no muestra su rostro, el cual te pide dinero, pero si a la segunda vez no le das nada para comer, se presenta y toma lo que necesita para saciar su hambre, debiste darle algo...

Se que suena una locura pero es verdad, tu sabes que yo creo en esas cosas, el no es humano, yo voy para tu casa, por favor esperame y no salgas, no vuelvas a salir hasta que yo llegue... El no puede entrar a tu casa...

-Estas loca Adriana, has como quieras...

Omar estaba muy cansado y con sueño, como para poner atencion a las historias de su novia, la cual habia salido rapidamente a casa de el.

Omar seguia con muchas nauceas, algo no habitual, esto no lo dejaba dormir, al cabo de una media hora, Adriana habia llegado, y golpeaba la puerta de la casa algo desesperada:

-Omar...Omar...abreme ya llegue...abreme

-Si...si ya voy...

Omar aun algo mareado fue a abrirle la puerta a su novia, la noche era muy oscura, lentamente abrio la puerta, solo para percatarse de que no habia nadie alli, salio caminado, dando unos pasos fuera de la casa:

-Adriana?...donde estas?...

Omar cayo de rodillas de la impresion, al ver al mendigo frente a el en la entrada de su casa, con su mano extendida, pero esta vez el mendigo lentamente fue levantando su mirada, para mostrar por fin su rostro, que no era otra cosa, mas que el mismo rostro de omar, pero parecia no tener ojos, solo cuencas vacias, y se apreciaba avejentado...diciendole;

-Buenas noches...VENGO A COMER!...

Esta vez su voz era fuerte y sonora, parecia calar hasta los huesos de un aterrado Omar, quien empezo a tener ataques de vomitos, vomitaba y vomitaba sin parar sobre el mendigo, que al extender su otra mano, una mano palida y venosa, atrapaba todo lo que vomitaba Omar, su lengua, sus organos internos, pedazos de sus pulmones, era como si todo por dentro estuviera podrido, y mientras esto sucedia, el mendigo no dejaba de comer y comer, hasta que ya no quedara nada mas que Omar pudiera expulsar de sus entrañas.

Pasando unos minutos despues, por fin Adriana pudo llegar a casa de su novio, solo para encontrar tan macabra escena, provocando sus gritos y llantos al ver el cadaver de Omar, que casi parecia ser solo un trozo de piel sin adentros.

Adriana se levanto y se echo a correr sin rumbo fijo mientras lloraba inconsolable por lo sucedido, corrio tanto en la penumbra de la noche, que sin darse cuenta quedo en una calle oscura, y alli, en la orilla, estaba sentado un mendigo con la mano extendida, claramente esperando recibir unas monedas.

Adriana comenzo a caminar paso a paso, acercandose cada vez mas al mendigo, sabia que no podia regresar, debia pasar por alli, ella trato de no mirarlo, y al acercarsele, escucho lo que pensaba:

-Buenas noches...por favor...me da algunas monedas para comer?

Adriana sabia que si no le daba algunas monedas en ese momento, lo volveria a encontrar unas calles mas adelante, y luego estaria condenada igual que su ya ex novio, ella sabia lo que tenia que hacer, asi que aunque estuviera al borde de desmayarse por el miedo, abrio su cartera, y luego de hurgar dentro unos segundos, un escalofrio recorrio toda su espalda, mientras dejaba caer su cartera al suelo, al percatarse de que por salir tan apresurada para ver a Omar;

SU MONEDERO SE HABIA QUEDADO EN CASA!

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