DOMINGO 18 de diciembre – 10:21
Isak despertó la mañana siguiente al sentir cómo su cuerpo casi desnudo era expuesto a las bajas temperaturas. La razón de todo esto era Even, que apenas había podido dormir durante la noche y que ya no podía aguantar más el silencio espeso y penetrante que reinaba en toda la casa.
Una hora antes, después de escuchar a sus padres irse, salió de la cama e intentó distraerse paseando por la casa. A esta altura del año, el sol salía con tan poca intensidad que de no revisar la hora, uno podría confundirse y pensar que todavía era de madrugada.
Después de sacar un grueso cobertor, similar al que cubría a Isak en esos momentos, y envolverse él mismo, salió de la casa con un paquete de cigarrillos y un encendedor. Sentado en uno de los escalones de la entrada, Even meditó sobre todo tipo de cosas mientras se entretenía siguiendo el movimiento que hacía el humo del cigarrillo hasta desaparecer por completo en el aire.
De regreso en la habitación, quitó el cobertor que tapaba a Isak y lo dejó caer al suelo. La silueta de su novio apareció ante los ojos de Even, que empezaban a acostumbrarse a la poca iluminación que había dentro del cuarto. Se quedó estudiando cada ángulo de su cuerpo por lo que le parecieron horas, al borde de la cama y de pie.
Si otra persona lo estuviese observando en ese momento seguramente habría llegado a la conclusión de que estaba hipnotizado o que era sonámbulo.
Notó el drástico cambio de temperatura que comenzaba a padecer el cuerpo de Isak y tuvo una idea. Acercándose a él, se inclinó lentamente para dejar un apasionado beso a la altura de su vientre.
Isak, incapaz de diferenciar si se trataba de un sueño, se estremeció bajo el contacto de los labios de Even mientras una sensación de cosquilleo le recorrió el cuerpo hasta llegar a su entrepierna. Instintivamente y semidormido, cerró las piernas y tensó todo su cuerpo.
Incluso dormido sabía cuándo estaba a punto de tener una erección.
Convencido de que se trataba de un sueño, Isak se relajó e intentó seguir durmiendo. Pero no lo logró, al rato sintió otro beso igual de apasionado en la mejilla y por último, en la frente.
Despierto por completo, Isak se preparó para contraatacar a su novio. Permaneciendo como estaba, con el cuerpo relajado y los ojos cerrados, esperó el próximo movimiento, que serían en los labios, y cuando estuvo a centímetros, arremetió levantando uno de sus brazos y tiró a Even lejos de él.
Riéndose y protestando al mismo tiempo, Even cayó a su lado y se salvó de una dolorosa caída.
—Hey! —dijo, frunciendo el ceño y dedicándole conjuntamente una sonrisa.
—Hola... —respondió Isak, desperezándose y buscando el cobertor que había ido a parar al suelo.
—¿Cómo dormiste?
—Bien hasta que mi novio decidió matarme de frío y atacarme sexualmente -sentenció, volviendo a cubrirse de los pies hasta el cuello.
—Tanto así... —dijo Even, rodando los ojos y fingiendo estar ofendido—. ¿Desayunamos? —cambió de tema rápidamente, dejándose llevar por todos sus pensamientos apresurados.
—¿Desayuno? ¿Qué hora es? —Isak buscó su celular en la mesita de luz pero se acordó de que lo tenía en el bolsillo del pantalón, el cual se encontraba tirado en el suelo junto al resto de su ropa y la de Even.
—¿Las diez y algo? Cuando me desperté eran las nueve.
—Ya veo, ¿siempre es tan oscuro acá?
—Qué, ¿le tienes miedo a la oscuridad?
—No... sólo digo —Isak se movió incómodo debajo del cobertor.
—Nadie va a hacerte daño, lo juro.
Apenas finalizada la oración se dio cuenta del giro que le había dado a la charla, sus propias palabras lo tomaron desprevenido y por poco le fue imposible disimular la inseguridad que atacaba con florecer cada dos por tres.
Permanecieron en silencio hasta que Isak salió de la cama. Cruzando la habitación a pasos agigantados, se acercó a la pila de ropa y tomó sus pantalones. Estaba por sacar su teléfono celular cuando escuchó la voz de Even a sus espaldas.
—¿Te vas?
Dio la vuelta y miró a su novio. La cama le pareció mucho más pequeña ahora que veía a Even sentado en medio de ella con el edredón tapándole las piernas.
Por alguna razón que desconocía, Isak sintió que esas dos simples palabras en modo interrogativo contenían toda la inseguridad de Even.
—No. Sólo voy al baño.
Nadie, en un número infinito de universos paralelos, habría sido capaz de adivinar lo que sucedería a continuación.
Isak dejó caer el pantalón y se acercó arrastrado por una violenta desesperación a la cama. Subiéndose a ella y sentándose sobre las piernas de Even, lo tomó rigurosamente por los hombros y acercó su rostro al suyo. Rozó la punta de su nariz con los labios justo antes de que entrasen en contacto con los de él. Mientras los corazones de ambos marcaban el acelerado compás del beso, Isak no tardó en percatarse de lo alterada que se encontraba su respiración.
Rodeando a Isak con los brazos, Even dejó escapar un leve suspiro, uno de alivio, uno que sólo se le escapaba a los enamorados.
—Te amo —se escuchó súbitamente. Isak sopló las palabras fuera de su boca.
¿Cómo podrían estas otras dos palabras, con sólo una de diferencia, contener un significado tan diferente e importante?
—Te amo.
Peor aún, ¿cómo podría ser lo único que le gustaría oír por el resto de su vida?
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ISAK + EVEN » Skam
FanficContinuación de la tercera temporada de Skam; hasta el comienzo de la cuarta. Dispuestos a vivir minuto a minuto, Isak y Even protagonizarán momentos que marcarán por completo sus vidas. ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ ✿ Lo leo y en verdad siento que esto es lo que contin...