¡No quiero nada contigo! (InuKag)

8.

- ¿K-kagome?

- Quiero repetir - fueron las palabras que salieron de mi boca, sus ojos dorados como soles me miraban sorprendidos.

Entré sin esperar respuesta y cerré la puerta tras de mí.

En ese momento era una bomba, mi novio acababa de dejarme, mis amigas no querían hablar conmigo... era la apestada de la universidad, no podía caer más bajo y, hacerlo con el Don Juan de la universidad no me iba a sacar del hoyo en el que me había hundido.

Todo empezó por haberme acostado con él y, suena extraño pero, sé con toda certeza que no pasaré página hasta que no me vuelva a acostar con él y me olvide de todo lo que ha pasado este último mes.

Camino hacia él, sus ojos me miran aún sorprendidos mientras me siento a horcajadas encima de su regazo y desabrocho su camisa botón a botón.

Su boca se abre e hiperventila, mis manos se cuelan por su camisa ya abierta y acarician su espalda, mis labios besan su cuello, dejando marcas rojas... le oigo gemir, sus manos se apoyan en mis caderas y me acercan a él mientras sus labios buscan los míos para besarme con fervor. Me encojo cuando su lengua acaricia mi cuello y su aliento choca con mi piel, mis manos no paran de recorrer su pecho.

- Inuyasha...-susurró y eso parece encender algo en su interior.

Me levanta en volandas sin ninguna dificultad y empieza a caminar con mis piernas enredadas en su cintura, abre una puerta y me tira a su cama.

Vuelve a acercarse, se coloca sobre mí y besa mi piel... sus manos corren a mi pantalón, pero..

- No...

Lo miro con los ojos abiertos como platos.

-¿Qué?

- No... no voy a hacerlo contigo...- murmura apartando la vista

Me recoloco la blusa y suelto un largo suspiro

-Llevas un mes... todos los putos días diciéndome que quieres acostarte conmigo, que lo hagamos otras vez, y ahora que vengo a tu casa, y te digo que sí... ¿me rechazas?

- Preciosa, no te estoy rechazando...

- Claro que sí, eres idiota...

Me siento fatal, tengo ganas de llorar, de irme a mi casa y de no salir nunca, nunca, nunca. Me levanto de allí y salgo de la habitación, agarro mi bolso que estaba en el sofá y me acerco a la puerta decidida a salir de allí y no volver a humillarme más.

Sus brazos me paran y me abrazan

- ¿Qué te ha pasado, preciosa?- susurra en mi oído

Y yo ya no sé qué pensar ni qué hacer, así que me largo a llorar a sus brazos mientras él me abraza y acaricia mi espalda...

-...Papi está aquí...- susurra- cuéntale a papi qué te pasa...

- Mi novio... ha cortado... conmigo...

- Eso no es tan malo, él es un idiota.

- Lo ha hecho porque se enteró de que nosotros follamos - sollozo apoyada en su torso.

Poco a poco me guía al sofá, sentándose y haciendo que yo me siente en su regazo.

-...¿le querías...?