18.

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Ya llevamos un día aquí y, puedo decir con certeza que es una casa enorme, ¡parece una mansión! No sé como alguien puede necesitar tanto espacio, estoy segura de que algunas habitaciones solo acumulan polvo.

Inuyasha me ha llevado a la cuidad más cercana, allí pasamos la tarde en el cine viendo alguna película de estreno.

Zape también se está divirtiendo.

Hoy estamos tranquilamente sentados en el sofá sin hacer nada, simplemente estamos tumbados y abrazados mientras nos oímos respirar y escuchamos la brisa de fondo.

Es un día relajante, y después de estar seis meses estudiando en la universidad días de estos sientan muy bien.                                      

Desde pequeña siempre supe muy bien lo que quería en un chico, y no es que pensara en príncipes azules montando a caballo y con un ramo de rosas en la mano, simplemente decidí que debía buscar chicos que me respetaran y me quisieran.

Conforme fui creciendo se puso muy de moda el estar con una persona sin ningún tipo de compromiso, como si realmente no tuvieran una relación y me juré a mí misma después de ver a una de mis amigas llorar que yo nunca estaría en ese tipo de relación con nadie.

... Y aquí estoy con Inuyasha.

Levanto la vista para mirarlo, se ha quedado dormido...

No me molesta Inuyasha, creo que es un chico encantador y me respeta... pero soy algo terca cuando dice que me quiere y es que no es tan fácil cambiar, no quiero ser una ilusa que piense que por amar a alguien se cambia porque yo no quiero que cambie por mí. Quiero a Inuyasha tal y como es y él no tiene que cambiar por mí no por nadie.

Pero esta relación... yo... yo quiero algo serio.

Yo quiero una relación basada en el respeto y no en el alcohol y un amor de instituto...

Antes de que pueda seguir comiéndome la cabeza con esto oigo como la puerta principal se empieza a abrir, cosa que hace que dé un respingo y despierte a Inuyasha

- ¿Qué pasa Kagome? ¿No sabes que las siestas son sagradas? - me pregunta mientras se frota los ojos y bosteza.

Vamos Kagome, no te fijes en como su nuez se mueve cuando habla, ni tampoco en su bíceps y menos en su sonrisa de lado...

- Pero... ha entrado alguien...- contesto susurrando

- ¿Mamá? - grita- Pues no es mi mamá...

Inuyasha se levanta y camina hacia la puerta

- ¿Qué haces aquí, no venías en dos semanas?- le oigo decir

La curiosidad me puede y me levanto del sofá. Reviso mi camisa de tirantes y mis shorts para después plancharlos con las manos y peinar, un poco, con mis dedos mi pelo, después camino sigilosamente hasta la entrada.

- Llegué antes, esta también es mi casa...

- Pero casi nunca vienes, para una vez que estoy aquí...

- ¿Te has traído a alguien? - pregunta arqueando una ceja

Me fijo en el desconocido, es un hombre de la misma altura que Inuyasha, esbelto, de piel pálida, pelo negro y corto muy bien peinado, y ojos dorados como los suyos; lleva un traje azul marino, una camisa blanca y una corbata del mismo color que el traje.

Decido salir de mi escondite y acercarme a ellos. Ambos parecen sorprendidos al verme.

- ¿Hace mucho calor, ¿a que sí? - me dice y solo atino a asentir con la cabeza

- Ella es Kagome, Kagome, él es mi hermano.

- Encantado . dice acercando su mano

La estrecho mientras me dirige una sonrisa cálida.

Vaya, parece simpático.

Sonrío antes de que vuelva a mirar a Inuyasha

- no creo que haya ningún problema en que me quede, hay habitaciones libres - bromea

Inuyasha niega con la cabeza mientras sonríe

- quédate, idiota.

El hermano de Inuyasha se parece más e lo que imaginaba a él, ambos son graciosos y carismáticos, además, su hermano siente una sonrisa cálida, como la de un padre. Nunca pensé que conocería a la familia de Inuyasha, pero me alegro de haber conocido al menos a su hermano menor.

Después de cenar, Inuyasha me pidió que subiéramos a la habitación, pensé que sería incómodo estar juntos en el sofá los tres pero no fue por eso. En cuanto entramos a la habitación, cerró la puerta y empezó a desnudarse.

- ¿Qué haces?- pregunté sonrojada- Tu hermano...

- Mi hermano no nos escuchará si no hacemos ruido...- dijo acercándose a mí.

¡No quiero nada contigo! (InuKag)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora