29.

2.5K 241 47
                                    

Mis manos acariciaron sus muslos con lentitud, una lentitud que a mí me haría gemir, una lentitud que a él le hace jadear.

Mis dedos recorriendo un camino ficticio de sus rodillas al principio de sus boxers una y otra vez mientras dibujan círculos sobre su piel. Mis manos empiezan a adentrarse en ellos mientras le miro a los ojos.

Bajé los boxers lentamente dejándolo desnudo y él sonrió para después levantarme y bajar el cierre del vestido. Volvimos a besarnos y nuestras lenguas se cruzaron mientras nos enredábamos en un tórrido abrazo.

Volví a ponerme de rodillas entre sus piernas para agarrar su miembro con mi mano y empezar a moverla sobre él. Con mi otra mano acaricié su abdomen notando como al paso de las yemas de mis dedos sus cuerpo se encogía.

Mi boca se acercó a él y besé suavemente sus muslos para llegar a su miembro que era acariciado con sus manos. 

Besé su punta y vi cómo Inuyasha se estremecía y cerraba los ojos

- Kagome no...- jadeaba- no lo hagas si no quieres...

Sonreí, y después mi lengua se paseó por él mientras lo miraba a los ojos.

Sus manos se acercaron a mi pelo, sus dedos lo echaron hacia atrás mientras sus palmas se posaban en mi cabeza.

Moví mi lengua sobre su longitud hasta que paré y continué con mi mano enroscada en su miembro. Inuyasha me acercó un condón y lo abrí con cuidado para después colocárselo.

- Recuérdame que te convenza de follar sin condón. - comenta sonriendo de lado.

Me levanté y él juntó nuestras frente mientras jadeaba. Una de sus manos me agarró de la cintura y la otra subió por mi espalda desabrochando mi sujetador para después retirarlo con ambas.

- Te quiero...- le digo justo antes de besarnos.

Mis piernas se enredan en su cintura mientras sus manos agarran mi trasero y se levanta del sofá.

- Te quiero...- contesta susurrándome cuando se acerca a la pared en el oído aquellas dos palabras, dejando que su aliento me erice la piel, me haga temblar.

Mis manos se aferran a sus hombros, noto cómo sus músculos se tensan al cargar todo mi peso y entra en mí sonriendo de lado recordándome nuestra primera vez.

Sus embestidas son lentas, pero tan profundas que no puedo parar de gemir y mover junto a él.

- No vamos a llegar a la cama...- dice haciendo que mi espalda se apoye en la pared. Está fría, y mi calentura junto a la piel caliente de Inuyasha hacen contraste haciéndome soltar un jadeo.

- Tienes razón...

- Bueno...- dice y siento como encoge sus hombros - No va a ser la primera vez que lo hagamos contra la pared.

Sigue moviéndose y su ritmo lento y pronunciado cambia a uno rápido y furtiva haciendo que se me olvide dónde de estamos y solo me concentre en él, en su presencia, en su cuerpo, en su boca, en sus ojos dorados que no paran de mirarme y en esos labios que sueltan jadeos mientras se mueve.

Empiezo a gemir, mis manos se aferran a su cuello mientras lo abrazo con más fuerza con mis piernas. Lo quiero más cerca, lo necesito más cerca, lo quiero más cerca.

Él parece entender mis súplicas de fundirnos y su boca busca la mías para luego llegar a un bueno orgasmo que me hace temblar.

Mi respiración descontrolada inunda la habitación mientras que Inuyasha camina conmigo a cuestas hasta su cuarto. Me tiró a la cama para agarrar otro condón y ponérselo, me coloca sobre él, que está tumbado en la cama y me acerca a él para besarme con fervor.

- Me encantaría... atarte...- susurra entre besos- para que...- sus labios recorren los míos- tú... te quedaras conmigo para siempre....

Volvemos a besarnos como cuando estábamos en el sofá y después, mis manos se apoyan en su pecho, para que pueda mirarlo a los ojos.

Todas las pequeñas confesiones de Inuyasha a lo largo de nuestra extraña relación han sido serias, pero esta, esta la noto más seria que todas las confesiones que me ha dedicado.

- No necesitas atarme para que me quede contigo...- le digo sin apartar la mirada de sus ojos algo sorprendidos. Antes de seguir, me doy cuenta gracias a mis manos, que su corazón late desbocado, tal vez tan rápido como el mío- solo necesito que me quieras y me respetes...

Y nos quedamos unos instantes así, desnudos el uno sobre el otro mirándonos a los ojos.

- Y no te olvides de escucharte, comprenderte y atenderte, preciosa, eso era lo que decía la página web - contesta Inuyasha sonriendo de lado.

- Deberías de fiarte más de lo que te dice una mujer de carne y hueso y no un cuarentón que no tiene mejor cosa que hacer que escribir cómo conquistar mujeres cuando él no sabe.

- touché.







7u7

¡No quiero nada contigo! (InuKag)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora