¡No quiero nada contigo! (InuKag)

Extra 1.

Los extras no tienen orden entre ellos, y con la historia. Estos extras no son un epílogo, son capítulos especiales, una especie de capítulos dentro de la historia que no se pusieron y que están aquí para disfrute.

No me lo puedo creer. ¿Qué hace esa rubia pegada a Inuyasha?

Me dan ganas de agh, ¿por qué se acerca tanto? ¡Dios se está restregando en su brazo! ¡Y parece que a él no le importa!

Intento dejar de morderme las uñas cuando veo como la chica hace que se apoye contra la pared, se pone delante y deja una pierna entre las de Inuyasha haciendo que su corto vestido se levante.

Es una chica guapísima, pelo largo, liso y rubio, ojos marrones y brillantes, cintura de avispa, unas piernas largas y una buena delantera.

Porque sí, tiene más tetas que yo.

Y es más alta que yo.

No sé de lo que están hablando, pero ese idiota mueve los labios muy lentamente, haciendo que la chica se contoneé aún más mientras sus manos acarician su pecho...¡Y sigue sin parecer importarle!

Tomo un sorbo de mi bebida aún al lado de la improvisada barra que han puesto en aquella casa mientras miro alrededor. La gente bebe, ríe y baila mientras se divierten.

Alguien toca mi hombro y me giro.

- Hola, guapa...- saluda

Y es una chica. Un chica de pelo corto marrón, pero muy bien cuidado, sus ojos azules resaltan con ese maquillaje negro y ahumado que lleva, además de su vestido ajustado que no deja escapar ninguna de sus curvas.

- Hola- contesto con una pequeña sonrisa.

- Hoy no, hermanita - dice alguien a mi espalda- ¿Quieres bailar, pequeña?

Me giro y aparece la versión masculina de la chica con la que estaba hablando, un chico alto, de ojos azules y pelo marrón desordenado me mira fijamente esperando una respuesta.

Noto las pecas que tiene sobre sus mejillas y a mi nariz llega su perfume, uno de mis favoritos para hombres.

Miro de reojo a Inuyasha, el mujeriego de turno de aquella fiesta y, me sorprendo cuando le pillo mirándome.

Sé que tengo las mejillas rojas por el alcohol, pero él y su mirada las reavivan mientras me pregunto, ¿por qué me mira así? ¿Por qué su mirada no me dice nada?

Y es la verdad, me está mirando todavía pero, en sus ojos, no encuentro un pista que me diga en qué está pensando.

- Sí- digo cogiendo la mano de aquel chico. 

Él sonríe y me lleva a la improvisada pista de baile mientras la que al parecer es su hermana, agita su mano para despedirnos mientras se aleja de la barra. Noto que la mano del chico es grande y sujeta la mía con suavidad pero con firmeza.

- ¿Es tu hermana?

Él asiente.

- Si y tenemos los mismos gusto...- ladeo la cabeza buscando una explicación- es bisexual.

Me encojo de hombros y nos reímos.

Empezamos a bailar la canción que suena en ese momento, él no suelta la mano y a mí no me molesta, mi novio me ha dejado, estoy soltera y soy libre de hacer lo que quiera.

La canción de repente cambia a una lenta y le miro.

- No sé bailar esto...- confieso

Él sonríe y agarra mi otra mano para colocarla en su hombro.