Duncan.

Epílogo.

Tres años, habían pasado tres años que estaba lejos de la familia. Después de haber vivido un año en forks con ellos, mi plan era entrar al ejército, pero nadie estaba bien con esa idea, creían que podían perderme y a mamá eso la alteraba demasiado, asi que decidí que entonces quería viajar y así lo hice,
comencé con México, conoci varios lugares, vivi en un lugar llamado Oaxaca, ahí cultivaban su propio café, por lo que trabaje tres meses ahí, después decidí ir a Colombia, pase solo dos meses ahí, visite Brazil, donde pase un año completo, trabajando en un taller de autos, viaje a Japón, donde aprendí un poco de Karate, viaje también a Estados Unidos, donde estuve aproximadamente cuatro meses, vivi en Alabama, donde estuve boxeando clandestinamente ganandome la vida, viaje a España, a Cuba, a Dubai, París, y a otros lugares. Pero ahora estaba de vuelta, y no por voluntad propia, papá había movido cielo, mar y tierra, para encontrarme  y ahora volaba hacia Seattle para encontrarlos en forks, eran las cinco de la mañana, e iba aterrizando, estaría aproximadamente a las nueve ahí. Entonces papá me diría porque tanta urgencia en que volviera.

...
Exactamente cuatro horas más tarde, iba conduciendo por la carretera, me introduje en las calles de aquel lugar tan reconfortante, sabia bien el camino.
Pase por la preparatoria, pero una chica se atravesó en mi camino, estuve a punto de atropellarla, de hecho alcance a golpearla, maldije em voz alta, la chica ni siquiera paro, se le veía mal, así que volvi a maldecir, estacione el auto y sali corriendo tras ella, marque el número de papá y le dije lo sucedido, me dio indicaciones de que debía conducir al helipuerto y de ahí volaría a Phoenix, sólo eso dijo, nada más.

Corri trás la chica en medio del bosque, corri y corri y no pare, hasta que di con ella, pero cuando la encontré quise golpearme en la cabeza contra un tronco, gruñi y me quite la camiseta, la rompi e hice presión en sus muñecas, las amarre para parar la sangre. La tome en brazos y comence a caminar con ella, casi a correr.
Llegue a mi auto y todos me miraron sorpendidos, varias personas se acercaron a nosotros, y dije que la había encontrado, pero que no podía quedarme a dar explicaciones, todos estaban sorprendidos, pero parecía como si supieran las razones de porque aquella chica, había hecho esto.
Conduje hasta el hospital y la deje en la sala de emergencias donde también todos la miraron compasivos, parecía como si todos supieran la vida de esta chica y entendieran el porque de sus acciones.
Sali de ahí lo más rápido posible, debía encontrar a mi familia. Me monte en el auto y conduje hasta el helipuerto que papá mencionó.

Llegue a el y pronto estuvimos en el cielo, Forks era un lugar espectacular.

...

Dos horas de vuelo y estaba aterrizando en el helipuerto de Phoenix, baje y una camioneta ya me esperaba, encontraría a mi familia en un hotel cercano.

El chofer bajo de la camioneta y yo sonrei, era H, el viejo H.

-Viejo.-sonrei y me dio un fuerte abrazo.

-Muchacho.-reímos.-Te desapareciste un largo tiempo. Ahora sube.

-Pero estoy de vuelta, siempre estaré de vuelta.-él asintió y nos montamos a la camioneta, comenzamos el viaje. H me iba platicando todo lo que había sucedido estos últimos años, mientras yo reía. Había extrañado esto, había extrañado a mi familia.

En cuanto llegamos al hotel, subimos directamente al quinto piso, habían alquilado todo ese lugar, en cuanto el elevador abrio sus puertas, una pequeña de tres años con el cabello color chocolate se aferró a mis piernas, la levante en brazos y sus manitas se aferraron a mi cuello, estaba preciosa y muy grande, y tenía ese aroma de bebé todavía. Leia era la niña más hermosa que hubiera visto en toda mi vida.
Sali con ella en brazos y la segunda mujer en abrazarme fue mamá y la tercera fue Cailin, y así, todos los demás lo hicieron, los había extrañado tanto.