4.5. Tiempo De Espera (intermedio de All That Matters)

4. Hola Bebé

10:30 pm

A unos kilómetros de ahí...

Paris ponía el pequeño florero en la mesa del departamento de Vanessa. Alan la había convencido de tener una pequeña cena como amigos, aunque todo aquel que tuviera dos ojos y oídos sabía que Alan quería más que una simple amistad con la embarazada Paris DiFranco.

-Yo lo hago.- Alan impidió que Paris fuera de aquí para allá. Cuidaba muy bien de ella, pero era algo que Paris no veía.

O no quería ver.

-No, yo puedo.- Paris se siguió con los platos.- No soy una inútil.

-Yo sé que no lo eres, pero deberías estar descansando.

Paris sólo puso los ojos en blanco. 

Si seguía haciendo eso, se quedaría así por siempre.

-Eres muy fastidioso a veces.- se volvió a sentar en el sillón, observando cada movimiento que ejecutaba Alan.

Para ella, el chico se veía muy guapo esa noche. 

Esa noche y todas las que se encargaba de ella. Agradecía infinitamente a Preston por dejarle el cargo de guardaespaldas, pero aún así, ni teniéndolo en charola de plata, estaba dispuesta a comenzar algo serio con él. 

Razón número uno: estaba embarazada.

Razón número dos: estaba muy jodida para él.

Sin embargo, la peor idea que Paris ha tenido no ha sido hacer la cita para abortar, no. Si no que no sé qué mierdas pasó por su mente que se le hizo buena idea visitar a Derek en el Reclusorio de Chicago. Eso fue cuando tuvo seis meses de embarazo.

Lo recordaba como si hubiera sido hace dos meses.

Iba acompañada de un agente de la CIA y Alan consigo. No querían levantar sospechas con la prensa porque de la noche a la mañana el clan DiFranco se había hecho viral en todo el mundo, ocasionando que a Paris le hicieran un club de fans.

Raro, pero cierto.

Paris supo que era una mala idea desde que dio la orden al oficial encargado de las visitas en turno. 

-Paris DiFranco.

Paris levantó la vista de su vientre con rapidez, y con ayuda de Alan se levantó y caminó hacia la ventanilla.

-Soy yo.

El oficial, mirando de arriba hacia abajo a Paris, levantó las cejas con cientos de versiones de la historia en su mente y le extendió dos pases de visitantes, uno para Alan y otro para Paris.

Al llegar a la sala donde todos los reos se juntaban con sus familiares, Paris sintió un extraño escalofrío cuando veía que habían varios hombres con ese espantoso traje naranja siendo visitados por sus mujeres, sus madres, sus hermanas. 

El oficial en turno, los llevó hacia una habitación cerrada donde usualmente interrogaban a sospechosos, en esa ocasión sería ofrecida a Paris para tener un momento a solas con Derek.

-¿De verdad quieres hacer esto?- Alan le tocó su hombro. Él y el oficial estaban detrás de ella, brindándole la seguridad que necesitaba en ese momento.

Paris no respondió, porque era totalmente innecesario, sólo que su inseguridad no le bastaba para decir que se fueran en ese momento.

La puerta se abrió. Un oficial venía empujando una silla de ruedas, donde un demacrado y golpeado muchacho venía sentado en ella con una cobija en el regazo.