Otoño.
Las mañanas volvían a ser frías como lo fueron en Londres y la gente ya usaba abrigos enormes, muchos se daban el lujo de abandonar el ejercicio, poniendo entremedio la excusa de que eran fechas de frío y absolutamente nadie quería salir de debajo de las sábanas. Extrañamente comenzaban las ventas de ropa para primavera-verano y los precios de la ropa otoño-invierno habían aumentado. Los puestos de helados se habían convertido en grandes vendedores de café tanto en la mañana como en la noche y todos los niños corrían entre risas y sonrisas entre las caídas hojas naranjas de los árboles. Todos en las tiendas se volvían locos por las últimas ventas de Halloween y la velocidad con las que entraban las de diciembre, todo era como un reloj sin manecillas, girando a una prisa tan bruta como sus razones. Ellos dos no tenían por qué apresurarse.
Bajo las sábanas, Louis frotaba su miembro contra el de Harry deliberadamente, sus labios chasqueaban después de cada beso y sonrisas cómplices no se hicieron perder en medio de la situación. La cabeza rizada de Harry se echaba hacia atrás con varios gemidos desvaríos brotando de su gruesa y enrojecida boca. Su novio le miraba complacido. Las sábanas hacían mudos sonidos, como si quisieran susurrar entre ellas para dejarles su momento de paz y no alborotar la hermosa escena que estaba sucediendo bajo la calidez de su presencia.
— ¡Oh! —Gimió en alto el chico de los rizos cuando su pene fue atrapado astutamente junto al de su novio.
La pequeña pero ágil mano de Louis comenzó su hazaña con lascivos movimientos de arriba hacia abajo, desesperado por la atención que su polla estaba necesitando desde hace rato. Admiró con obscenidad la mata rizada de su chico aplastada contra la gruesa almohada sobre la que estaba acostado mientras él tenía la posición superior; sentado a horcajadas sobre los muslos de Harry, su otra mano fue hacia atrás, buscando apoyo en el mullido colchón. Mordió su labio inferior con ímpetu en una lucha perdida contra la escapatoria de sus propios gemidos de su boca.
—H-Hazz... —Susurró con una ronca y angelical voz.
Harry elevó la mirada para encontrarse con una de las imágenes más eróticas que alguna vez Louis le había regalado: cabello alborotado, mejillas rellenas arreboladas y su bronceada piel perlada en una oportuna capa de sudor. Miró sus lagunas azules y notó cuán oscurecidas se encontraban en este momento, inundadas en su propia lujuria descarada y su diversión por verle ahí, debajo de él, tan sumiso pero al mismo tiempo tan dominante. Deslizó uno de sus largos dedos por el gran y redondo trasero del chico, ganándose como recompensa un ronroneo que le encendió aún más de lo que se encontraba, ahuecó entre sus nalgas hacia su entrada y lo introdujo sin escrúpulos.
— ¡Hm! —Llevó sus labios al interior de su boca, sin parar el masaje que, con regocijo, daba al par de miembros entre su mano, su ensombrecida mirada contempló la de su chico y sonrió ladino para acercarse a él y besarle con premura.
Sus lenguas se acariciaban mutuamente, importándoles un rábano la saliva que brotaba de sus comisuras. Gemidos se mezclaron con la situación y el dedo de Harry entraba y salía del ano de su novio, disfrutando de la sensación húmeda y apretante en la que se encontraba siendo absorbido hacia su interior.
—Lou... —Gruñó cuando el mayor comenzó a masajear su punta con el pulgar, empujándose aún más hacia el interior del dedo del rizado en busca de una sensación el doble de placentera.
—D-Dime, bebé. ¡Ah! —Llevó su cabeza hacia atrás y sentía los hormigueos en sus pies, cómo las sensaciones se acumulaban en la parte baja de su abdomen y cuánto disfrutaba de verse mojar a sí mismo con el pre-semen que Harry chorreaba de su miembro mientras le acariciaba junto al suyo.
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Zona Roja [EN FÍSICO]
Teen FictionEste es un borrador. El libro lo pueden encontrar en Kindle. NO ADAPTACIONES NO RESUBIR NO COPIAS/PLAGIO OBRA REGISTRADA EN EL INDAUTOR Hablar de la "Zona Roja" implicaba cubrir los oídos de los menores, esconder a los ancianos, encadenar a los jóve...