Capítulo 20

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Louis miraba a las personas a su alrededor, sentados y charlando amenamente entre sus grupos de amistades. Deseaba no haber ido a esa supuesta reunión social a la que Jev le había invitado. Los chicos en sí no eran malas personas, de hecho, eran simpáticos, pero él no se sentía parte del grupo; ellos tenían sus temas interesantes y él se sentía perdido sin plática que sacar en la bola. Las botellas de cerveza estaban sobre la mesa y él apenas llevaba dos limonadas minerales, sonriendo con las tonterías que los amigos de su jefe soltaban. Los cuatro sentados alrededor de la mesa en sillas de madera acolchadas, justo para el gusto de alguien de esta categoría.

—Entonces ¿Harry Styles es tu novio? —Soltó... ¿Nathan? Uno de los amigos de Jev, mirándole con esa sonrisa amplia, notablemente ebrio.

—Sí. —Asintió sintiendo un leve rubor subir a sus mejillas, agachó el rostro y decidió jugar con la pajilla dentro de su limonada.

—Ese chiquillo llegará alto. —Aseguró... ¿Robert? Usando sus manos para recargar su nuca. —Llegar a modelar con Cara es uno de los privilegios que no todos los hombres podemos llegar a disfrutar. —Otra sonrisa impermeable de sobriedad. — ¿Cuánto le están pagando? —Preguntó interesado mientras violaba el espacio privado de Louis con su cercanía.

—No tengo idea. —Mentira. Sabía muy bien la cantidad y cómo variaba, Harry se lo había repetido muchas veces cuando salía el tema del modelaje como una casualidad, sin embargo no estaba dispuesto a revelar datos a un desconocido.

—Ah, vamos. —Insistió con su aliento a alcohol comenzando a molestar al castaño.

—Déjalo, Robert. —Ordenó en un tono serio Jev, mirando con sus ojos destellantes en gris a su amigo rubio.

Por un momento Louis agradeció a Jev la vida entera; no duró mucho cuando ahora fue él quien se acercó demasiado después de que su rubio-americano amigo bufara y se alejara para platicar con el tal Nathan. Y resulta que nuestro querido Jev también estaba infestado en alcohol y desde metros se podía oler, colmando sus orificios nasales de ese olor tan penetrante y al mismo tiempo agobiante; se alejó un poco en su asiento con la mirada cohibida hacia su jefe.

—Ven. —Pidió pasando su largo brazo sobre sus hombros que causó un escalofrío recorrer la espina dorsal de Tomlinson. —Anda, Louis, no te haré nada. —Sonrió y esas palabras fueron exactamente lo que asustaron más al menor.

—Jev, creo que me tengo que ir, Harry me espera. —Hizo ademán de levantarse pero enseguida fue devuelto al asiento con el agarre de su muñeca y un jalón directo hacia abajo. —Jev. —Musitó fastidiado.

—Quédate otro rato. Yo te llevaré a casa.

No, no era una buena idea que una persona alcoholizada te lleve a casa de noche y en auto.

—No. —Contestó completamente seguro Louis. —Puedo tomar un taxi. —Se levantó de lleno y salió de escena tan rápido como le fue posible. Caminó directo a la salida pero un cuerpo alto le alcanzó, tirando del dobladillo su camiseta con bruteza hacia atrás. — ¿Qué...?

—Ya, vale. —Sobó su cabeza y luego le miró. —Te acompaño al taxi. —Insistió.

—No, gracias, Jev. —Su voz se enserió de pronto, alejando su brazo no muy contento con lo que estaba pasando. Volvió a caminar a la puerta y la empujó tan apresurado como logró. Miró la hora. No pasaban de las 12; sacó de su bolsillo el móvil de Harry e ingresó la contraseña que le mencionó antes su rizado. Lo desbloqueó y seleccionó el número del departamento. — ¿Harry? —Enseguida le llamó cuando dejó de rastrear y contestó.

Zona Roja  [EN FÍSICO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora