Capítulo 11

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Abrió sus párpados lentamente y con pesar, enseguida distinguiendo que aquél no era su habitación, era algo evidente debido a la gran oscuridad en la que estaba sumergido. Se estiró y volteó su cuerpo boca arriba, sintiendo un leve dolor en su parte trasera que de verdad no le molestaba del todo; palpó el otro lado de la cama, encontrándose vacío, apenas iba a llegar el sobresalto cuando debajo de sus palmas encontró el suave tacto de algo hecho con papel, se reincorporó sobre la cama y encontró cómo encender la lámpara de noche que estaba de su lado, comenzando a dar lectura a la hoja de papel que encontró.

"Por si no lo has olvidado, es mi departamento y no te puedo abandonar, ¿Vale?

Salí por comida, ya que el señor no creo que esté despierto para el desayuno, y si es así, en la nevera hay leche y creo que quedó cereal por ahí. Por cierto, babeas mucho cuando duermes.

-Harry."

Sonrió y como reflejo, limpió la comisura de sus labios con el dorso de su mano para retirar la saliva que aún podía seguir fresca en su rostro. Dejó la nota sobre la mesa de noche y se levantó, apagando antes la luz; estiró su cuerpo y abrió la puerta, recibiendo de golpe toda aquella luz que la habitación de Harry no recibía. Se acercó a la cocina y, como Styles le había dicho en la nota: Ahí estaba el cereal sobre el refrigerador, revisó dentro del aparato y ahí se encontraba la leche. Miró el reloj de pared... 01:34 pm... Joder que se había volado con el sueño.


*


Al señor Payne se le ocurrió quedarse a dormir en su casa, porque "no confiaba en que comería o no", le ofreció la cama, pero Liam insistió en que Zayn debía descansar en su propia cama, ya que apostaba a que la de hospital era una tortura-y no se equivocaba- pero simplemente quiso ser generoso, siendo rechazado rotundamente. Esta mañana se levantó completamente descansado y encontró a Liam preparando el jodido desayuno en la cocina, ¿Por qué tenía que ser tan pútridamente perfecto?

— ¿Qué haces? —Preguntó con ese aspecto fachoso que tenía en la mañana, con el cual, la barba no era de gran ayuda.

—Creo que haciendo de comer, Zayn.

¿Comer? Pero... Miró el reloj y sí, exactamente eran las 02:00 pm. ¿Cuánto había dormido? Peor aún, ¿Por qué?

— ¿Por qué no me despertaste temprano? —Se quejó molesto, abriéndose paso en su cocina para ver lo que el castaño preparaba.

—Bueno, consideremos que no dormiste muy bien que digamos en un hospital y te veías demasiado tierno durmiendo como oso. —Rió continuando con lo que hacía dentro de esa sartén.

—Liam. —Le llamó haciendo una mueca a la comida. —No tengo hambre. —Y no era que la comida se viere asquerosa, de hecho, tenía un aspecto bastante apetecible, y ni qué decir del olor, sin embargo, de alguna forma se sentía satisfecho e inapetente.

—Ah, no. —Enseguida le miró con reproche. —Eso sí que no, Zayn. —Su semblante se volvió serio, aún con esa mirada apuñalándole el alma. —Vas a comer. Y no te lo estoy preguntando. —Fue su demanda. Zayn Malik era una de esas personas que no soportaba el recibir órdenes en ciertos momentos de su vida y éste era uno de ellos.

—No quiero comer y no lo voy a hacer. —Habló con terquedad. Observó cómo Liam apagaba el fuego y le volteaba a mirar de manera recriminadora.

—Vas a comer, Zayn. —Le amenazó con el índice, marcando cada palabra entre sus gruesos labios.

—Pero, Liam...

Zona Roja  [EN FÍSICO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora