El esmeralda colisionó con el zafiro por un largo e intenso rato de silencio sepulcral; lo único que se escuchaba en la habitación era el chocar de sus alientos irregulares. Louis pensaba minuciosamente la respuesta, y la tenía, pero simplemente no quería sacarla así como así. Prefería tener su tiempo y espacio adecuados para responder a la incógnita de Harry. El mayor bajó la mirada y entreabrió la boca para hablar, cuando en la puerta se escuchó el tintineo de las llaves, siendo una introducida a la puerta. Louis, asustado, se quitó de encima de Harry de un ágil salto, quedando justo a su lado del sillón; el rizado rió ante la imagen del típico adolescente teniendo relaciones con su novia, pero cuando escucha a sus padres llegar, salta de la cama como nunca lo pudo hacer en su vida y comienza a vestirse desesperado-no era el caso de Louis-. Miró al castaño y en eso escuchó la puerta cerrarse.
— ¡Boo! ¡Ya llegué! —Una voz fémina y algo rasposa se escuchó por todo el recinto.
— ¡Vale, abuela! —Gritó en respuesta el castaño, mirando a Harry después, quien le miraba con una sonrisa. — ¿Qué?
— ¿"Boo"? —No pudo evitar ampliar esa sonrisa socarrona sobre sus labios color sandía dirigida completamente hacia Louis.
—Calla. —Rió por lo bajo para después voltear cuando vio a su abuela cruzar el umbral de la sala con una sonrisa dirigida a él.
— ¿Quién es, Boo? —Cuestionó enseguida al ver a Harry sentado al lado de su nieto como si de nada se tratase; el rizado tan solo levantó la mano y saludó con una media sonrisa seductora.
—Oh. —Miró fugazmente a su amante y después sonrió a la mujer de cabellera canosa. —Es un amigo, abuela. Quiso visitarme. —Y fue una de las mentiras mejor contadas que Harry pudo escuchar en su corta y asquerosa vida de 19 años.
— ¡Qué bien! Bienvenido. —Expresó con una amplia sonrisa aquella señora, caminando lentamente hacia el rizado. Una vez que estuvo enfrente sonrió aún más. —Pero vaya que tus amigos son guapos, Tommo. —Y de alguna forma, Harry vio cómo la mujer le hacía "ojitos" lo cual fue algo realmente perturbador que fácilmente quiso evitar en su cabeza plantear.
—Muchas gracias, señora.
Este momento es cuando Louis mira a Harry con una ceja alzada y una mirada de asombro. Harry le corresponde con una sonrisilla maldita. Ambos lo saben. Son unos mentirosos que se disfrazan en el traje de un ser inofensivo y con buena educación ante todos los demás. Son conscientes de cuánto daño son capaces de hacer y recibir, y definitivamente sabían acerca del juicio que tenía el otro acerca del mundo. Prejuiciosos, escrupulosos, escépticos, embusteros y un sinfín de adjetivos más que se le podía dar a este par de chicos. Ambos sonrieron y volvieron su mirada hacia la abuela que estaba diciendo quién sabe cuántas cosas acerca de sus tiempos de juventud y cuán guapo era el abuelo de Louis. Pronto terminaron los tres sentados en la misma sala, con la televisión encendida y tazas con té de limón humeante y caliente. Las tres tazas tenían un diseño muy peculiar, siendo que la escena de la guerra de los barcos no era de verse todos los días para esos tiempos.
— ¿De parte de quién es abuela usted? —Preguntó el ojiverde, dando un leve sorbo a su taza, saboreando el exquisito sabor del té inglés.
—Soy su abuela paterna. —Respondió con cordialidad la mujer, sonriendo e imitando a Harry.
—Qué interesante y qué lindo que cuide de Louis tan bien. —Elogió con esa sonrisa encantadora que comenzaba a enamorar a la abuela Tomlinson.
—Oh, mi Boo Bear siempre ha sido mi adoración, aparte de que me ayuda con los gastos de la casa. —Sonrió con esas mejillas regordetas y un poco arrugadas, mirando con orgullo y amor a su nieto. —Pero dime, Harry. ¿Me aceptas una invitación de quedarte a comer?
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Zona Roja [EN FÍSICO]
Roman pour AdolescentsEste es un borrador. El libro lo pueden encontrar en Kindle. NO ADAPTACIONES NO RESUBIR NO COPIAS/PLAGIO OBRA REGISTRADA EN EL INDAUTOR Hablar de la "Zona Roja" implicaba cubrir los oídos de los menores, esconder a los ancianos, encadenar a los jóve...