Capítulo 7

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El mundo literalmente se había detenido junto con su corazón. Sentir los labios de Leo había sido la cosa más maravillosa del mundo. Ken, a pesar de haber soñado con eso en más de una ocasión, se sentía completamente extasiado, era como si se juntara la sensación de ver juegos pirotécnicos  por haber ganado una medalla olímpica y ganar la lotería al mismo tiempo. Él, incluso pudo saborear el sabor del helado que Leo había estado comiendo, cuando lamió sus labios minutos después de que se alejara y lo dejara al fin solo.

Caminando cual si estuviera borracho, Ken logró llegar hasta la parada sintiéndose aún en las nubes.

— Leo, me... me besó, él me beso — repetía una y otra vez tocándose los labios.

Después de llegar a casa, y no encontrarse con Leo, Ken supuso que solo estaría en un solo lugar, su habitación. Pero por más emocionado que estaba decidió mejor no encontrarse con él, ya que no tenía ni la más mínima idea de cómo actuar ante él, después de aquel beso.


* * *


— ¿Seguro que ya tienes todo listo? — preguntó la señora Jung.

— Si, esta es la última — respondió Ken emocionado.

— Bien entonces, vamos.

Toda la familia Jung se iría de vacaciones por dos semanas a un lugar a las afueras de la ciudad. Para ser exactos a un campamento familiar. La noticia no fue muy bien recibida por parte de Leo, el cual tenía pensado descansar de Ken, pero su madre no se lo permitió.

El padre de Ken el señor Lee Jae Yong, no podo acompañarlos, porque quería aprovechar esos días para buscar un nuevo local y restablecer de nuevo su pastelería.

— Cuídate mucho, y procura no meterte en demasiados problemas ¿sí? — le dijo a Ken cuando todos estuvieron fuera de la casa.

— Estaré bien papá, y no te preocupes haré todo en cuanto me manden hacer el señor y la señora Jung — dijo sonriendo.

— Ese es mi hijo, no olvides llamarme de vez en cuando también.

— Por supuesto que lo haré... te quiero papá — le respondió abrazándolo.

— Y yo a ti hijo, y yo a ti.

— ¡Ken! Ya es hora — lo llamó la señora Jung.

— Anda, ve — terminó su padre de despedirse.

Despidiéndose con la mano, el señor Jae los vio partir, esperando que todo durante su viaje saliera bien, y no tuvieran ningún contratiempo.


* * *


El viaje duró cerca de tres horas, el salir de la ciudad era un cambio bastante evidente, al dejar de ver por las ventanas de la camioneta los edificios, que eran cambiados por enormes extensiones de tierra, con casas rodeadas de bastos jardines y construcciones menos modernos.

Ken sentado a lado de Leo, no dejaba de mostrar sus expresiones de asombro cada que pasaban por algún lugar digno de ver según él.

— ¡Wow! Pero que bello paisaje — dijo por quinta vez.

«Estás serán unas vacaciones muy largas» pensó Leo, negando con su cabeza.


Cuando por fin llegaron a su destino el señor Jung, estacionó la camioneta en la entrada de una bella posada, de construcción tipo victoriana, con grandes cantidades de extensos bosques a lo largo y ancho, en un terreno con más de 10 hectáreas.

With Eyes Closed [KEO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora