With Eyes Closed [KEO]

Capítulo 17

El perfeccionar sus habilidades de enfermero, le tomaron a Ken muchos días de práctica, salía más temprano de lo habitual a la escuela e incluso se quedaba un par de horas después de las clases, su aliciente era el poder convertirse en un excelente compañero no solo de vida, sino también de trabajo para Leo.

— ¿Cómo es posible que no nos lo dijeras? — le dijeron dos de sus compañeras de clase.

— Yo... — respondió sin entender Ken — ¿Qué fue lo que no les dije?

— Ken ¡Estás casado con Jung Taek Woon!

Soltando un leve suspiro, Ken les explicó el porqué de su decisión. La gran mayoría de los que estudiaban medicina, incluyendo el área de enfermería, estaba al tanto de la grandeza que despedía Leo, no solo por tener un alto coeficiente intelectual, sino por lo atractivo que resultaba para ambos sexos, ya que aunque las mujeres sabían que estaba casado con otro hombre, eso no les impedía acercársele y tratar de entablar alguna conversación con él.

— Como nos mentiste, tienes que organizar una reunión con el departamento de medicina.

— ¡¿Qué?! — dijo con sorpresa Ken.

Pero una cosa era que él tratara de convencer a Leo para que asistiera a tal reunión, y otra muy diferente era que su esposo aceptara de buena gana. Así que a Ken no le quedó más remedio que organizar un encuentro casual con su grupo de amigos, sin decirle nada a Leo.

Durante un breve descanso, por ser día feriado, Leo había quedado con algunos colegas suyos para tomar una copa, después de tanto estudiar esa fue su forma de liberar algo de tensión. Pero para su desgracia, el encontrarse con el grupo del área de enfermería en el mismo lugar sólo significaba un problema, Ken.

Leo se sentó con sus amigos excluyendo a Ken de la mesa, ya que prácticamente fue asediada por algunos de los compañeros de la clase de enfermería, tanto mujeres como algunos hombres rápidamente rodearon la mesa de Leo.

— ¡Oye! Ken — dijo entrando Jin saludándolo.

— Hola, Jin. ¿No me digas que tú también viniste a ver a Leo? — le preguntó producto de las copas de más que tenía en su sistema.

— Yo, claro que no... pero tú sí que eres calmado ¿no?

— ¿A qué te refieres? — preguntó Ken arrastrando un poco las palabras.

— ¿Qué ese de allá no es tu esposo? — le dijo mirando hacia donde se encontraba Leo — Todas las chicas parecen estar coqueteando con él.

— Leo no es de esos hombres, créeme — respondió seguro Ken.

— Hhm, ya veo, aunque tú no pareces muy convencido por eso.

— Bueno yo...

— Divagas y comentes errores, pero también prácticas más que cualquiera — dijo Jin encogiéndose de hombros, interrumpiendolo.

— ¡Oye! Ya verás que yo perfeccionaré todas las prácticas.

— Entonces, si quieres puedo seguir ayudándote.

— ¿Enserio? Eso sería genial — dijo Ken recostándose sobre la mesa donde estaba sentado.

Jin sonrió al verlo quedarse dormido después de eso.

— ¿Se quedó dormido? — dijo la suave voz de Leo a sus espaldas — tal vez será mejor que lo lleve a casa.

— ¡Oye! — dijo Jin levantándose de su lugar — si tienes tiempo para coquetear, ¿no deberías de dejar un poco de tiempo para él también?