Capítulo 11

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El tiempo transcurría rápidamente, aunque, al menos para Ken, cada que tomaba un libro parecía que era todo lo contrario. Casi todas las tardes Ravi iba a visitarlo y darle ánimos en sus estudios.

— Ravi, que gusto verte de nuevo — lo saludó la señora Jung.

— Buen día, hoy vine a traerle a Ken este postre — dijo mostrando un recipiente con delicadeza.

— ¿Qué tipo de postre?

— Bueno, estoy llegando a un curso de repostería, este es una creación de mi autoría y quería que Ken fuera el primero en probarlo. Además es saludable para él.

— Vaya ¿tú lo hiciste?

— He estado practicando y aprendiendo todo este tiempo, y el señor Lee también me ha enseñado un par de trucos y recetas de cocina.

Ken salió de su habitación cargando algunos libros y cuando pudo ver a Ravi platicando con la señora, se apresuró a saludarlo.

— Ravi, que bueno que viniste, así podrás acompañarme — mencionó Ken al llegar a su lado.

— Hola, Ken — le respondió sonriente este.

Ken y Ravi se despidieron de la mamá de Leo y salieron juntos unos minutos después. La señora Jung que era una persona muy lista, ya se había dado cuenta de los sentimientos de Ken hacia su hijo Leo, y, aunque su propio hijo no quería aceptarlo, ella sabía que también algo sentía por Ken.

Tal vez para cualquier otra madre el que su hijo tuviera preferencias por los hombres era motivo de escándalo, pero en el caso de la señora Jung, ella todo lo que quería era que él fuera feliz y en definitiva estaba segura que la persona perfecta para su hijo era Ken. Además, Leo no le había presentado nunca a una sola novia, y eso le decía a ella que su hijo era alguien especial como Ken.



* * *

El teléfono de Leo sonó mientras terminaba de recoger una de las mesas que atendía.

— Hola mamá ¿sucede algo?

— ¿Porque habría de ocurrir algo para que quiera llamarte?

— Ahora estoy algo ocupado y no...

— Te recuerdo — dijo interrumpiéndolo — que con quien estás hablando es con tu madre, así que más te vale tener algo de tiempo para mí — demandó ella.

— Está bien, lo siento.

— Así está mejor... ¿Qué vas hacer más tarde?...

Esa misma tarde, Leo quedó de verse con su madre cerca del restaurante donde trabajaba. Ella había insistido tanto en verlo que no había podido negarse aunque quisiera.

— Mamá ¿Qué hacemos exactamente aquí? — preguntó Leo mirándola fijamente mientras ella tomaba de su té.

— Leo cariño, voy hacerte una pregunta y quiero que me respondas con sinceridad — Leo asintió no muy convencido — ¿Te gusta Ken?

Después de suspirar sonoramente con frustración, Leo le respondió.

— No sé a qué viene esa pregunta, pero te responderé de todos modos; no, no me gusta.

— Si no quieres decirme la verdad a mí, está bien, no hace falta que me respondas ya que solo lo sabe tu corazón y a él no puedes mentirle.

— ¿De qué estás hablando?

— Sabes que en la vida de todos los humanos, hay un punto en el que tenemos que renunciar y ceder... Ken es un chico encantador, no me veas así porque soy tu madre y te conozco... si realmente sientes algo por él, tal vez sea mejor que hagas algo bueno por él porque si tardas mucho, cualquier persona puede acercarse y alejarlo de tu lado para siempre.

With Eyes Closed [KEO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora