~Don't Give Up~

Capitulo XI

Desesperadamente, Martín avanzo estrepitosamente entre aquella blanca materia que se encontraba bajo sus pies. Enfriando todo el ambiente, y haciendo crecer su preocupación que yacía en su corazón por el bienestar de su hermano.

Su mano tomo con fuerza la de su compañera. Koki miro al abatido chico que venia detrás suyo. Casi se arrepentía de haber roto las reglas para sacar al joven de la caseta a buscar a su hermanito, pero no podía evitarlo. No podía dejar que un chico allá afuera muriese solo por la incompetencia de sus compañeros.

Decidida, tomo mas fuerzas y avanzo con firmeza, incluso más que el chico detrás suyo. No iba a dejar morir a un chico hoy. No en su turno.

...

Chris se detuvo cerca de un tronco de un grueso roble, cuyas ramas bajaban y se movían al ritmo de aquella implacable ventisca. Chris frunció el ceño. La madera absorbía el calor. Lo sabia muy bien, sin embargo tampoco podía quedarse a la deriva. No durante mucho tiempo.

Bajo su mirada mientras se refugiaba en las gruesas raíces de aquel árbol. Debía admitir que allí estaba muchísimo más protegido del vendaval, pero sabía de antemano que después de un rato estaría igual de frío que una roca.

E igual de vivo que una.

Intento sofocar un quejido dolor cuando toco la horrible herida que tenia en su abdomen.

Gruño para si mismo mientras cerraba sus ojos. Tenia miedo.

Intento conservar su calor, protegerse con cualquier cosa que tuviese cerca, pero no encontró nada. Nada.

Entonces levanto su mirada, y pudo entrever algo de pelaje blanco, puro. Se sorprendió de sobremanera al encontrarse de nuevo con los brillantes ojos azules que había visto hacia horas.

Era el zorro que había rescatado.

Este lo miraba con desasosiego. Chris estaba comenzando a cerrar sus ojos. El zorro se acercó levemente, olisqueando el aire cercano al joven de 17 años.

No parecía ser ninguna amenaza, sobre todo por el hecho de que ni siquiera parecía estar conciente de lo que ocurría a su alrededor.

Se acercó a un poco mas, y se acurruco a su lado, brindándole algo de su calor.

...

-¡Martin, mira esto! - llamó Koki, alzando su voz lo mas que pudo para que el joven pudiese escucharla.

Martin se acercó más a ella. A los pies de la joven, había unas gotas de sangre. Muy sutiles, casi ocultas en la nieve. Martin no se explicaba como aun continuaban allí, pero su corazón se detuvo cuando supo a quien pertenecía esa sangre, o a quien pensaba que pertenecía.

Miro a Koki, quien lo miraba determinada.

-Vamos chico, tu hermano esta bien. Debemos seguir buscando- dijo ella, alzando la barbilla, decidida.

-Tienes razón- dijo Martin. Ella tenia razón. Su hermano esta bien. Estaba vivo. Estaba allí.

Y pronto saldrían de esto, juntos.