Se acaba el tiempo

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-Señorita Leslie, por favor.

-Ahh-dije, tratando de salir de mis pensamientos-... Si, lo siento, dígame.

-Le preguntaba, ¿Que la inspiró a escribir este libro?.

-Ah... Pues, el amor, creo.

-¿Se considera una persona enamorada? ¿Está en alguna relación? ¿Quién es el afortunado?- preguntaban los periodistas-

Me encuentro desesperada en este círculo vicioso de si hise bien en no ir con Amelia. Me ha ido increíblemente bien con mi libro. Hasta ahora, muchas personas me ven en la calle para pedirme que les autografie. Pero algo aún me intriga. No puedo estar tranquila sin saber lo que es. Muchas veces he quedado en blanco, ya que la pregunta mas frecuente, es como se llama el hombre que conquisto mi corazón. Ni modo que les dijiera "Jungkook",pero el no sabe de mi existencia. De seguro me mandarian a un psiquiatra por creer que todo lo que pasó en el libro fue real. ¿Que estoy diciendo? Solo fue un sueño muy real, nada mas que eso. Un sueño que quedó inconcluso, es mas, me están pidiendo segunda parte del libro, pero no puedo continuar si ni siquiera en la vida real lo he logrado.

Agarré mi bolso para retirarme de ese lugar lleno de flashes y periodistas discutiendo por quién sería el afortunado se anotar mi respuesta tan esperada.

El día era caluroso, poseía un sol deslumbrante. Quemaba mi piel junto con la brisa del mar que pasaba por la ciudad. Mis ojos a penas podían abrirse, asi que saqué mis lentes de sol de mi bolso, pero cuando me los estoy colocando, veo como una pequeña está en medio de la calle, y un camión viene a toda velocidad. Faltaban pocos metros para que ocurriera una tragedia, pero yo no lo iba a permitir. Sin pensar mas en mi vida, corrí hacia la niña que recogía algo del suelo. Dejé mis cosas tiradas en el piso en el que hace pocos segundos me encontraba parada.
Intenté hablarle, gritarle, pero jamás respondió. No podía ver mas que su espalda pequeña. Su vestido blanco y floreado hasta las rodillas. Su coleta tierna y zapatillas de lona color rosado claro.

Miré el camión tratando de frenar, miré a la niña con tristeza  pensando que no podría llegar a salvarla. Todo mi mundo se detuvo por unos segundos. Cerré los ojos sin querer abrirlos para ver lo peor. Pero una mano pequeña acaricia mi rostro con delicadeza. Abro los ojos con cuidado, y veo el rostro mas hermoso del mundo. Una pequeña de unos cinco años de edad, me hablaba a través de su mirada profunda. Ninguna de las dos hablaba, no era necesario romper el silencio tan profundo entre nosotras dos. Era como si la conociera hace mucho tiempo. Me causaba tranquilidad y calor.

Temí en abrazarla y que alguien me dijiera algo, pero ella lo entendía. Me decía con sus ojos que todo estaría bien.

De repente siento que un niño, casi de la misma edad de ella, le dice algo por lenguaje de señas. Ahora entendía porque ella no respondió a mis gritos para que huyera del medio de la calle.

El niño se me acerca con una felicidad reflejada en su carita, y yo sin pensar mas, me dejé llevar. Sus ojos controlaban los mios, y por un momento quedé hipnotizada en sus palabras entregadas a mis oidos.

-Se acaba el tiempo- dijo él-

Fué lo único que me dijo, y se llevó a la pequeña de la mano. Como dos novios de infancia. Cuidando el uno del otro.

Yo quedé sentada a un lado de la calle, analizando lo recien ocurido. ¿Acaso me estaba volviendo loca?.

Alex, mi guardaespaldas, corrió hacía mí para preguntarme si estaba bien. Solo le respondí tocando su mano para tranquilizarlo, y ahí, en milisegundos, un flashback pasa por mi cabeza. Alex, Alex, mi novio, mi ex novio. Ámbar, ámbar, ¿Ámbar?. ¡Ámbar!.

Me levante lo mas rápido posible,  y corrí para buscar a la pequeña que me estremeció con su mirada. Alex quedó aturdido sin saber si seguirme o dejarme sola por un momento.

Corrí y corrí tratando de hayar rastro de alguno de los dos niños. Pero por mas que busqué y busqué por horas, nunca encontré rastros de ellos, o que alguien los conociera.

Ahora me encuentro en el sofá de mi casa. Totalmente confundida y solitaria. Agarré mis piernas hacía mi pecho, y no pude hacer mas que llorar y llorar por lo que está ocurriendome. Extraño a mi hermana, extraño a los chicos, extraño a Kookie, extraño a mi hija con si novio, extraño a mamá presidente. Extraño los extraños sueños que parecían reales. Y es que desde que desperté, no he soñado ni lo mas mínimo al dormir. Mi mente está en blanco y negro, nada tiene sentido ni color. Y me pongo a pensar que si no hubiera despertado, no estaría aquì. Tal vez estaría en ese palacio sin comer, y Alex jamás me habría encontrado ahí. O tal vez estaría en los labios de Jungkook.

Miré el reloj mural que se encontraba en frente de mí  interrumpiendo mi mente y el silencio. Miré el calendario, miré la fecha de hoy. Miré el... El. ¡Uno de septiembre!.

Una voz estremece mi oído derecho y dice... "Encuéntrame", “Se acaba el tiempo".

Una vez mas, observé la hora en el reloj. Eran las 10:03 am. Me dirigí a la habitación para buscar mis maletas. Guardé lo primero que encontré encima de mi closet. Encendí la computadora mientras colocaba las últimas cosas en mi maleta. La última salida del avión a Corea del Sur, a las 10:30. Se demoraba doce horas en llegar.

Lo que estaba a punto de hacer era una locura. Pero debía terminar con todo esto. Debo acabar con esta depresión solitaria y confusa.

Abrí la puerta de mi casa, algo temerosa, y eché un vistazo a mi casa, por última vez, pensando que no volvería a estar allí otra vez.

-Adiós casa. Voy en busca de mi verdadero sueño...

Viviendo con Bts [2da temporada] (Jungkook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora