22 años después.
Hay ciertas cosas que evitamos pasar en toda nuestra vida, cosas tan simples como la muerte, la tristeza o la soledad.
Yo he vivido cada una de éstas y con esa fuerza que me caracteriza, he podido superar todo eso.
Hace muchos años, cuando sólo era un joven que iniciaba con plenitud su vida, decidí huir y no hacerle frente a mis demonios y pesadillas que se encargaron de hacer mi vida diaria un infierno.
Pero con el pasar de los años entendí muchas cosas, y me hice sabio; sabio y viejo.
-Gerard, no es necesario que lo hagas-me repitió Mikey, con un tono bastante divertido por mi extraña conducta frente al espejo-. Han pasado tantos años y...ya no eres un jovencito, ¿sabes? No es necesario tanto circo-me aseguró, asintiendo un par de veces con la cabeza, como intentando darle valor a sus palabras.
-Mikey, a él le hace ilusión, ¡Claro que tengo que hacerlo!-le respondí en el mismo tono divertido que él había usado conmigo.
Pero mi hermano no respondió nada, se limitó a rodar los ojos y señalarme la salida de la carpa y la entrada a mi nueva vida como recién casado, claro hasta donde esa palabra aplica por haber tenido ya mi primer matrimonio.
A decir verdad, el luto por Isabel me valió más o menos 15 años, en los que tuve que pelear conmigo mismo para poder superarme y ser lo que ahora soy. Pase por cinco noviazgos, un compromiso fallido cuando me fueron infiel y un acoso que casi me llevó a la cárcel cuando me topé con esos ojos color caramelo.
Fue la primera vez que me fijé en un chico, pero sus ojos eran bellísimos, su sonrisa era idéntica a la de Isabel, y cegado por mi dolor comencé a acosarlo día y noche intentando tener una cita con él.
Y el pequeño Frank tenía apenas 18 años, y yo 45 ya cumplidos.
Sin embargo después de insistir durante casi medio año, obtuve mí primera cita con él, notando ciertas semejanzas con mí adorada Isabel.
Aunque después del primer año de noviazgo aprendí a diferenciarlos, a notar que mi Frankie no era Isabel, que sus diferencias rebasaban sus pocas semejanzas, y que estaba irremediablemente enamorado de Frank Iero.
Así que le pedí matrimonio cuando él cumplió los 20; y sorpresivamente aceptó.
-Ahí viene, Gerard-susurró Mikey, mirando hacia afuera, al igual que todos los asistentes.
La marcha nupcial inundó mis oídos, junto con la agradable sensación de tener por hecho que no me había abandonado en el altar. Él entro caminando con un perfecto traje ceñido color azul marino y su mejor sonrisa, escondiendo los tatuajes lo más que pudo; y detrás de él su preciosa sobrina, Mariley, lanzando pétalos de rosas rojas.
-Te ves precioso-fue lo primero que murmuré al tenerlo frente a mí, lo que provocó que el pequeño se sonrojara como el virgen que no era; digamos que utilizamos bien nuestro tiempo.
-Tú también-me respondió, mirando al frente y sonriendo bobamente.
El cura comenzó a darnos un discurso sobre el matrimonio y esas cosas, mientras mi madre, mi suegra y mi cuñada no podían parar sus sollozos, con lo sentimentales que eran. Y mi novio estaba igual.
ESTÁS LEYENDO
Isabel | Frerard |
FanfictionAños después de la muerte de su esposa, Isabel, Gerard Way decide volver a su antigua mansión con su ahora esposo, Frank Iero, sin saber la clase de fantasmas que lo acosan. | Frerard |