Capítulo V

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Me encontraba bastante agotado a decir verdad, pero no podía perder ni un segundo de mi valioso tiempo, por lo que abrí los ojos con pereza cuando me encontré con los jardines de nuestra mansión.


-Señor Way, llegamos-me aviso el chofer, en cuanto el mayordomo abrió la puerta del auto.

-Muchas gracias-murmure, bostezando y saliendo del auto.


Sentí el olor a flores muy cercano, junto con el olor a tierra húmeda; al parecer aquí había llovido esos tres días en los que estuve ausente. Con la vista busque rápidamente a mi esposo, pero este no estaba por ningún lado.


- ¿En dónde está Frank?-cuestione en voz alta.

-Tomando un baño-me informo John, nuestro mayordomo, el cual ya llevaba mi maleta en brazos.


Asentí y entre rápidamente a la casa, topándome con olor a dulce de leche en la casa; me sentí mal, cuando mi Frankie estaba triste siempre cocinaba litros y litros de dulce de leche.

Sin perder más tiempo subí al segundo piso, en busca del baño principal, que es donde seguramente Frank se estaba dando un baño; sin embargo antes de entrar por completo, escuche la voz de mi esposo con alguien más.


-No lo sé, Frankie, no creo que fuera su intención-le dijo Dakota, la cocinera.

-Es que no lo sé, me confunde-ese fue Frank, su tono era de angustia.

-Tal vez y el trabajo influyera-propuso Dinora, la joven que aseaba nuestras habitaciones.

-En todo caso no hubiera dicho su nombre-concluyo Eliza, la ayudante de la cocinera.


Entre abruptamente en el baño, encontrándome con Frankie en la tina, mientras Dinora le lavaba el cabello, Dakota se encontraba parada contra el lavabo y Eliza estaba sentada en el piso.

De inmediato las tres se pararon y dejaron de hacer lo que hacían, disculpándose.'


- ¿Qué hacían?-pregunte, mirando a los cuatro.

-Gee, llegaste temprano-murmuro Frankie, y de inmediato la culpa por haberlo llamado Is volvió a mí.


Las chicas se retiraron sin decir más; seguramente y la conversación que tenían segundos antes de que entrara, giraba en torno a mí. Que imbécil.

Sin decir palabra me arrodille en el piso, tome un poco de jabón y seguí enjabonando su cabello, mientras lo escuchaba suspirar.


-Estos tres días pensé mucho en ti-murmure, sin saber como sacar a tema lo que había sucedido por la mañana-. Creo que sé porque estás molesto, y en serio lo lamento.


Frank se tenso, sin embargo prefirió no decir nada y dejar que yo terminara con lo que tenía que decir. Aunque honestamente ya no sabía que más decir.


-Han pasado cosas terribles en esta casa, cosas que no puedo olvidar por más que lo intente-suspire con fuerza-; desde que volvimos aquí siento que me estoy encerrando en esos viejos recuerdos.

Isabel  | Frerard |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora