No tengo bastante claro cómo fue que llegue a urgencias. Simplemente recuerdo ver el auto frente a mí, el chofer conduciendo al pueblo y una ambulancia en el pequeño hospital del pueblo, que nos llevó a la ciudad en una media hora, mientras yo lloraba desconsoladamente y los paramédicos intentaban mantener a Frank consciente.
Ahora estaba sentado en una fría silla plástica de urgencias, esperando cualquier noticia de mi esposo, cualquier cosa que me dejara respirar tranquilo.
- ¿Es usted Gerard Way? -cuestiono alguien a mis espaldas.
Voltee con la esperanza de ver a algún medico preguntando por mí, pero mis esperanzas cayeron cuando me encontré con un par de oficiales de policía que me miraban con atención. No hice más que asentir con la cabeza y esperar a que hablaran.
- ¿Podemos hacerle un par de preguntas? Son en torno a su esposo, Frank Iero-me aviso el primer oficial.
Asentí sin muchos ánimos, seguro que era algo rutinario.
El segundo oficial le hizo una seña a su compañero y se alejó a la máquina de café, contestando algo en su radio. El primer oficial se volteó hacía mí.
- ¿Cuánto tiempo tiene de casado con el señor Iero? -pregunto el oficial, sacando una pequeña libreta de su bolsillo y apuntando mis datos.
-Un mes, más o menos-murmure-. Pero dos años de noviazgo formal.
- ¿Sus padres son conscientes de eso? Según sé, él vivía en Estados Unidos hasta hace un mes-asentí levemente-. ¿Y qué sabe usted de la demanda por acoso en su contra?
-Los cargos se retiraron-solté un bufido y rodé los ojos; a esto venía todo.
El oficial pareció asentir y con un simple Gracias se retiró de su asiento, dejándome de nuevo solo sobre aquellas sillas plásticas y con una extraña molestia en el pecho por su corto interrogatorio.
Al final tuve que recurrir a aquella máquina de café instantáneo un par de veces y a dar cortas caminatas por la sala para estirar mis piernas mientras alguien me daba alguna noticia sobre mi esposo.
Cuando finalmente divise al doctor a lo lejos, quitándose los guantes de látex y caminando hacia mí, no pude reprimir mi ansiedad y corrí lo que me separaba de él.
-Señor Way le pido que mantenga la calma-me regaño el doctor, con el ceño fruncido-. Su esposo está estable por ahora, le estamos aplicando suero debido a su deshidratación, ¿se ha sometido a algún ejercicio extenuante?
-No.
-Bueno, hay razones variadas para lo que le ocurre, pero principalmente fue un golpe de calor, ingreso aquí con-reviso su tablilla de madera con los datos de Frankie-...uhm, 43°, ¿sabe usted lo peligroso que es esto?
Negué con la cabeza, llevando mi mano derecha hasta mi boca, para comenzar a morder mis uñas, en un hábito horroroso que había pescado en la escuela, hacía muchos años. El doctor me miro mal ates esto, sin embargo no dijo palabra.
-Bueno, podremos darle de alta mañana mismo-me aseguro, suspirando-. Aunque aún no estoy tan seguro que sea buena idea que sea usted quien lo lleve, es mejor que llame a sus padres.
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Isabel | Frerard |
FanfictionAños después de la muerte de su esposa, Isabel, Gerard Way decide volver a su antigua mansión con su ahora esposo, Frank Iero, sin saber la clase de fantasmas que lo acosan. | Frerard |