Los acorazonados labios del chico rubio, se ampliaron aún más en una gran sonrisa, mientras sus ojos veían, con perfección, a su pequeño amigo castaño que se encontraba sentado frente a él, lamiendo de una manera tierna, realmente tierna, el helado de chocolate que minutos antes le había comprado.El menor parecía disfrutar realmente de su dulce, lo sabía, sus ojos cafés, suavemente iluminados, se lo decían todo. Pero es que el muchacho era toda una ternura, con toda la extensión y definición de la palabra, no había cambiado nada, seguía siendo el mismo bebé inocente que llegó a su casa vendiendo dulces, aún recordaba ese día. Como olvidarlo, fue el inicio de una enorme y hermosa amistad que permanecería para siempre en sus corazones.
- Sungminnie hyung, tú helado se derrite - escuchó la voz del chico contrario, quien empezaba a limpiar la barquilla del helado con su pequeña servilleta arrugada - ¿Por qué no lo comes? si está muy rico...¿O no sabes cómo comerlo? Yo te puedo enseñar - terminó con una sonrisa, haciendo reír al rubio.
- mmm...No sé comerlo, creo que es mejor que me enseñes, nada mejor que aprender con un profesional - contestó, queriendo ver hasta que grado llegaba Ryeowook con su inocencia.
- es muy fácil, Minnie hyung. Primero tienes que agarrar tu barquilla así, y ya después solamente pasas tu lengüita por el helado, así - Sungmin volvió a sonreír al ver las enseñanzas del castaño, pues la forma en que lamía su helado era de lo más lindo, parecía un bebé lamiendo su paleta.
- ohh, ya entendí. A ver, déjame hacerlo - el rostro del chico más alto se transformó en una de esfuerzo, haciéndole creer a su amigo que le costaba en verdad. Lamió su helado después de unos segundos, haciendo lo mismo con sus propios labios, riendo bajo por los aplausos que Ryeowook daba.
- ¡Muy bien hecho, Minnie hyung! Aprendiste muy rápido, así ya podrás comer todos los helados que quieras sin problema - volvió a lamer su helado.
- y todo gracias a ti, pequeño - volvió a reír. Extrañaba pasar momentos así con Ryeowook - Bueno, Wookie, hace media hora salimos de la escuela, creo que es mejor que te lleve a la hacienda, Leeteuk debe estar preocupado.
El castaño asintió con la cabeza, ya ambos habían terminado su helado así que no le vio problema al ya irse. Pronto ya se veían caminando hacia sus hogares, conversando animadamente de los detalles que habían pasado en la escuela. Sungmin escuchaba atento cada una de sus palabras, observándolo detenidamente, su amigo parecía estar feliz, pero le notaba algo extraño, algo diferente en él, su memoria le estaba fallando al no querer recordar que era.
...
...- Yeye, pásame ese plato que está ahí, por favor - Leeteuk señaló la bandeja que se encontraba en el horno con la carne ya lista, mientras preparaba de manera apresurada la mesa. El mencionado solamente asintió con la cabeza y fue a buscar lo que el mayor le estaba pidiendo, al fin y al cabo lo podía tomar sin necesidad de guantes al no correr el riesgo de quemarse - Gracias, ya puedes sentarte - le sonrió después de agradecerle, notando como el muñeco le correspondía al gesto de la misma manera - Listo. Ahora, hay que esperar a que venga Wookie.
Tras un pesado suspiro, el castaño tomó asiento frente a Yeye, descansando un poco de todo el trabajo que había hecho en la mañana y parte de la tarde con la comida. Sonrió, no pudo evitarlo, como hacerlo si Yeye miraba con los ojos abiertos e iluminados la comida mientras en sus labios se formaba un pequeño circulo de sorpresa, aquella reacción del pelinegro le recordó tanto a la vez que llevó a Ryeowook por primera vez a conocer a las jirafas, o simplemente, su reacción era igual que la de un bebé recién nacido viendo por primera vez a su mamá.
Aquella conexión de Yeye con la comida se perdió, al ser asustado por un sorpresivo tono que empezó de repente. Miró al mayor sin disimular su susto, era un muñeco, tal vez no sentía, pero casi le daba un infarto ahí mismo.
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Mi Muñeco [YeWook]
FanfictionNo busques el amor, mejor espera a que venga a ti. Historia Original.