"Conociéndolo"

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Primer día de Universidad. Jaime llevaba su mochila colgando de un solo hombro y un cigarrillo en la mano, esperando la micro.

La H05 siempre se tardaba un poco en ese paradero exacto, pero Jaime podía esperar.

Acomodó sus lentes y palpó levemente el asiento del paradero, para saber si tenia agua o alguna sustancia que manchara su pantalón. Al percatarse de que no había nada, se sentó y espero la micro tranquilamente, dándole una calada al cigarro de vez en cuando, hasta acabarselo.

A pocos metros de Jaime, estaba Nicolás, quién se aseguraba de que no le pasara nada a este.

Pese a ser un ángel, no era uno de la Guarda. Era un simple y "corriente" ángel.

A las 7:30 de la mañana, Jaime siempre tomaba la micro para ir a la Universidad, pero a Nicolás le pareció extraño que el transporte no pasara todavía. Había escuchado que debido a algunas manifestaciones, el tránsito estaría cortado en algunos puntos de Santiago, pero no escucho que en este punto hayan habido problemas de tránsito.

Decidido a ayudar a Jaime, Nicolás caminó hacia el asiento de al lado de este, quien no pareció notar su presencia.

Como todos los días, Jaime llevaba una chaqueta roja para apaciguar el intenso frío que había en Chile, unos jeans negros, unas botas beage y sus lentes de sol.

Nicolás seguía preguntándose porque tenía lentes si hacia frío y las nubes tapaban el Sol. Pensó que quizás su estilo era un poco raro.

Cuando la micro al fin paró, Jaime se subió al último asiento como siempre, Nicolás imitando su acto.

-Ho-hola Jaime.- al escuchar su voz de repente, saltó levemente por el susto, pero luego se enderezó y sonrió a su acompañante.

-Hola...

-Nicolás.- dijo este, estirando su mano para que la tomara. Al no recibir respuesta, retiró su mano y se paró, pensando que quizás Jaime tuvo una mala mañana.

-¿Qué sucede Nicolás?

-¿Cómo?- el recién nombrado estaba un poco confuso, pero al notar la suavidad de la voz de Jaime, volvió a sentarse a su lado.

-¿Estamos en la misma universidad o qué?- preguntó Jaime, sonrídole, causando que Nicolás también lo haga.

-Ah, si, estamos en la misma universidad.- Jugó con su camisa un rato para luego volver a hablar.- Nos dieron un trabajo juntos.

-Oh, creo que tendrás que ayudarme un poco, ¿eh?- volvió a sonreír.

-Claro.- miró el cigarrillo apagado que estaba en la mano de Jaime.- Creo que ya te lo acabaste.- dijo con gracia.

-Oh.- Jaime se limitó a tirar el cigarro al piso.

Cuando llegaron al paradero, Nicolás se paró del asiento, pero cuando vió que Jaime no lo hacia le avisó.

-Ya llegamos Jaime.- se rió un poco por la cara de drogado que tenía su acompañante.

-Oh, hablando contigo no pude contar las paradas para saber donde estamos.- Hizo una pausa.- Sin ofender.

-¿Como?

-Soy ciego Nicolás.

Ángel (Jainico) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora