He's Back [BB #2] [Pausada]

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Dicen que en esta vida te encuentras con dos personas, los dos amores de tu vida y que el resto solo son falsos amores.

El primer amor de tu vida es el real, el que nunca vas a olvidar y el que aunque vuelvas a encontrarlo 20 años más tarde, bastarían dos días para volver a despertar en ti lo que hubo. Es el amor que sale mal, el que dure 3 meses, 6 o 1 sabes que nunca lo vas a olvidar, es la relación intensa, en la que hay de todo, amor, odio, peleas... Y que cuando lo pierdes sientes que nunca vas a poder volver a enamorarte, que esa persona es la destinada para ti y es que así es, esa persona es para ti pero tu no eres para ella.

El segundo amor es el que llega después, el que es más tranquilo, en el que ya no hay discusiones, un amor tranquilo, pero ni la cuarta parte de intenso que el primero, aprendes a convivir con esa persona que probablemente será para toda la vida, pensando siempre en que algún día pueda sentirse igual de intenso que el primero, pero aunque estés feliz, en tu mente sabes que a tu primer amor nunca lo olvidarás y que con el paso del tiempo, ese amor, ese nombre seguirá intacto en tu corazon, en tu alma y en tu memoria.

Yo se perfectamente quien es quien dentro de esa historia. Zayn, sin lugar a dudas, ocupa el lugar de mi primer amor. El real. El que nunca voy a olvidar y que sin importar el tiempo o la distancia, siempre va a ocupar un lugar en mi corazon. Y Kyle... Kyle es mi segundo amor. El hombre que me salvo de la oscuridad en la que tanto tiempo habia permanecido por la falta de aquel primer amor.

Fue dificil dejar entrar otro hombre a mi corazon sabiendo que aun tenia sentimientos por alguien mas. Si bien mi relacion con Kyle no empezo con la mejor de las intenciones de mi parte, no podia negar que hoy en dia él tambien era el dueño de mi amor aunque no de mi corazon. Él me saco de la oscuridad, la depresion, el malestar y solo supo hacerme feliz. No podia dejarlo, no despues de todo lo que hizo por mi, yo simplemente no podia permitir que las palabras y la presencia de Zayn obnubilaran mi juicio y me hipnotizaran como si fuera una tonta adolescente enamorada, sin embargo, hay una pequeña parte de mi que considera el hecho de darle una nueva oportunidad. ¿Por que? Por que mi corazon nunca dejo de amarlo.

Llevo casi una semana sin poder dormir y mi mente basicamente dejo de funcionar con normalidad. Sinceramente, no se que debo hacer y siento que el cerebro está a punto de estallar. Por lo general, quienes ayudan a que mi mundo se mantenga armonioso, son mis dos mejores amigos, pero se que ninguno de ellos esta en condiciones de ayudarme y mucho menos en este momento en el que ambos afrontan un gran problema juntos, ademas, estoy segura que ellos me necesitan mas a mi que yo a ellos.

Aun asi, sin querer darle mas caos a la vida de mis amigos, necesitaba hablar con alguien y que este me diera aunque sea la mas minima ayuda o tal vez, un pequeño consejo que me guie por el mejor camino. Es por eso que decidi quizas empezar terapia, de hecho en este mismo momento estoy observando al Dr.Neil McCauley tomando notas de mi relato y sin emitir una sola palabra. Temia que sus opiniones y comentarios al respecto de mi vida sean demasiados directos y no poder soportarlo, ademas, nunca antes habia "sido analizada" de esta forma y no podia evitar sentir que los nervios me carcomian por dentro.

El Dr. McCauley lleva anotando en su libreta unos diez o tal vez quince minutos y el silencio que nos envuelve es francamente tormentoso, es decir, pase la ultima hora y media hablando, llorando y alterandome con el regreso de Zayn a mi vida y él no ha hecho mas que escribir, observarme y continuar escribiendo. Se que en una simple sesion de terapia no encontrare la solucion a mis problemas, pero al menos ruego conseguir una pequeña pista de como se supone debria actuar en situaciones como la mia.

-Entonces...- carraspeo la garganta llamando su atencion.- ¿Que deberia hacer?

Mi voz se carga de nerviosismo y por la forma torpe en la que mis dedos se mueven entre si, estoy segura que el Dr. Neil será capaz notar mi estado. Con un pequeño movimiento de cabeza, mi terapeuta me observa a traves de los gruesos cristales de sus lentes y me dedica una suave sonrisa intentando tranquilizarme. Se que en su larga carrera analizando el cerebro de las personas, debe haber oido cientos de historias similares y tratado con mujeres tan o mas nerviosas que yo, sin embargo, la ansiedad que me invadia por una simple palabra de su parte era tal, que sentia incluso la necesidad de levantarme y sacudir sus hombros desesperadamente.