Nononono ¡Angie Arizaga que te ocurre!, me separé rápidamente, ¡Apenas lo conocías hoy! Osea, esperaste MESES para decidirte a tener relaciones sexuales con tu novio, lo hiciste esperar, ¿y a este le das las cosas en bandejas como si nada? ¡Estas loca!
Me separé rápidamente y Nicola me miró.
-Lo siento, eso no debió pasar, en serio lo siento –me alejé.
-¿Por qué no Señorita Arizaga? –alzó una ceja.
-Fue un error haberlo elegido a usted de ginecólogo, pero no se preocupe, buscaré otro y ese médico me dará las pastillas que debo tomar, ahora con permiso –me paré de la silla, pero él me tomó del brazo impidiéndome que avanzara.
-No, yo lo lamento, fui un completo desubicado al proponerte una cosa como esa.
-Sí que lo fue, pero usted no fue el único culpable, también yo tengo algo de culpa.
-Bueno, le daré sus pastillas, tome asiento por favor.
Asentí y me senté, el me soltó el brazo y fue a sentarse frente a su escritorio nuevamente, se abrochó la camisa y buscó una caja de pastillas en el cajón de su escritorio. Las sacó y las puso sobre la mesa, frente a mí.
-Lindynette 20. Estas son las indicadas para ti. Pero debes tener un mes de tomarlas para tener la relación sexual y prevenir el embarazo. En algunos casos este método anticonceptivo falla, así que también te recomiendo que tu novio use preservativo. Bueno, eso sería, si quieres puedes volver conmigo, si no puedes irte con otro médico. Se puede retirar señorita Arizaga.
-Seguiré con usted Doctor Porcella –afirmé- no creo que con otro doctor tenga la confianza que hemos creado nosotros hoy –tomé las pastillas- Muchas gracias, nos vemos dentro de un mes –me paré y me dirigí a la puerta.
-Angie-me dijo y me volteé, se acercó a mí y besó mi mejilla- un gusto fue atenderte, nos vemos...
-Nos vemos.
Sonreí, y en segundos mi nuevo ginecólogo ya estaba besándome nuevamente. Esta vez el beso fue más tierno, cálido, y delicado. ¿Qué estaba haciendo? Apenas lo había conocido hoy. Dios, estoy siendo una lunática. Pero sus besos son diferentes a los de Mario. Bueno, muchísimo más buenos. Me separé y lo miré. No dije nada y salí rápidamente de la clínica. Dios, ¿Qué había hecho? Aparte de serle infiel a Mario, casi pierdo mi virginidad, mi preciada virginidad con alguien que apenas conozco. Bueno, no lo conozco nada, solo sé que es Nicola Porcella, un ginecólogo de unos 26 años, jodidamente sexy, malditamente sensual. Joder, ahora no me lo podía sacar de la cabeza. Es que la forma en que me besó, fue perfecta. O bueno, ambas veces en las que me besó.
Suspiré y tomé el taxi. Estaba haciendo frío así que saqué mi chaquetón de mi bolso y me lo puse. Le pagué al taxi al llegar a casa, me bajé y al entrar a la casa, me encontré con mi novio, lucho . No vivo con él, pero él es muy preocupado por mí. Sabía que iría al ginecólogo y supongo que quiso esperarme en casa para asegurarme de que todo había estado bien.
-Hola mi vida –dijo al verme entrar a la casa, se paró del sofá, se acercó a mí y me besó, en esos momento deseé que hubiera sido mi ginecólogo- ¿Cómo te fue princesa? ¿Todo bien? ¿Nada extraño? ¿Te miró mucho el viejo idiota ese? –dijo riendo.
-Hola lucho –le sonreí- Me fue muy bien, ya me las dieron... sip –dije marcando la "p"- todo bien, nada extraño, no me miró mucho –mentí- y no era un viejo –reí- Pero si, tendremos que esperar un mes...
-¡¿Un mes?! –Dijo alterado, lo miré extrañada- Digo, ¿por qué un mes si habíamos quedado que sería la semana que viene?
-Bueno lucho , el médico me indicó que tenía que llevar un mes tomando las pastillas para que me hicieran efecto... Y que aparte de eso tenías que usar preservativo, por precaución.
-¡Pero cómo se te ocurre que puedo esperar un mes más Angie, Joder!
-lucho cálmate, por favor, no es nada, solo un mes más, solo espera.
-¡No me pidas eso por Dios! ¡He estado esperando seis putos meses y tu aún no me das tu virginidad!
-¡¿Tanto te importa quitarme la virginidad?!
-Eres una calienta pollas Angie. –se alejó de mí y salió rápidamente por la puerta.
¿Qué había pasado con el novio tierno que tenía, el que prometió esperarme? Dios, no lo sé... Me sentí mal, muy mal. "Eres una calienta pollas". Me rompió el corazón, ¿es que en serio pensaba eso de mí? No, no lo soy, aunque él me lo haya dicho. Necesitaba el apoyo de alguien, alguien que me abrazara y me dijera que no era lo que lucho me dijo.
Pero no tenía a nadie, solo a lucho . Me había mudado a New York para buscar trabajo hacia un mes. Mi novio lucho se había venido conmigo, ya que él había conseguido trabajo aquí. Estaba sola, sin nadie, sin amigos. Solo tenía una persona a quien llamar. Mi ginecólogo. Nicola Porcella
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Enamorada de mi ginecólogo
أدب الهواةtengo 22 años y soy virgen . si usted dirán " oh con 22 y no la ha perdido ", pero simplemente he estado esperando al hombre indicado .tengo novio ,su nombre es :lucho, y bueno, creo que es el hombre de mi vida . voy a perder mi virginidad con el...