capitulo 24

436 18 0
                                    


  Cuando dije mañana no se pudo, ese día tampoco pude visitar a Nicola. Pero al día siguiente sí. Cuando entré a la habitación me miró con una sonrisa inmensa en su rostro, definitivamente me daba mucha lástima verlo así, con los cortes aún hechos en su cara, y aunque demostraba esa sonrisa, sé que estaba dolido por dentro, y todo... mi culpa. Sonreí también con los pocos ánimos que tenía y me senté en la silla que había al lado de la camilla en la que estaba recostado Nicola.
-Nicola, debemos hablar –dije sin ánimos, el me miró extrañado.
-Claro mi amor, ¿qué pasa?
-Lo nuestro no puede ser –fue lo único que salió de mis labios en esos momentos.
-¿Qué dices? ¿Por qué no? –me preguntó muy asustado.
-Nicola, yo... necesito que me escuches –suspiré- estoy tan asustada de decir más de lo debido, las lágrimas caen y el cristal se rompe, dentro de estas paredes el piso tiembla, tu ves que estoy bien siempre y cuando lo mires desde 15 metros, he estado intentando mantener mi cabeza en alto, he estado mintiendo y manteniendo todo adentro, tratando te confiar en ti, cambia la hoja, yo estoy rota. Eso es todo, me rindo, ya no quiero seguir fingiendo, voy a decirlo como es, ya no seguiré preguntándome "¿qué habría pasado sí...?", esa no es la forma en la que debería vivir, porque no quiero que me ames si no me vas a amar por lo que soy... -el me miró anonadado, yo continué- una casa de muñeca era todo lo que tu podías ver, pero eso esta totalmente fuera de mi realidad, tengo problemas, a veces me sobrepasa, cansada de recordar todas las peleas y todos los portazos que viví, el dolor es demasiado intenso al recordar todo lo que viví, da un paso atrás y fíjate en mis ojos, ¿lo ves? Estoy rota, no quiero que me ames por algo que no soy, si pudieras ver ahora mi casa de muñecas, verías que no estoy preparada para dejarte quedar...
-Angie no me pidas eso –me dijo con lágrimas en los ojos.
-Nicola por favor, perdóname, no puedo seguir esto, es mucho para mí, estoy rota.
-Podría repararte –explotó en llanto.
-No llores, por favor, perdóname, te lo pido, no llores por algo que no vale la pena, yo no valgo la pena, valgo mierda, vine a esta vida a hacer sufrir a las personas.
-No vales mierda, viniste a esta vida a ayudarme a ser feliz.
-¿Eres feliz con una mentirosa de mierda? ¿Qué finge ser feliz pero que por dentro está destruida, al saber que fue violada y golpeada?
-Quiero hacerte feliz, por favor Angie.
-Nicola, ya es tarde, la decisión está tomada, me voy.
-¿Y a dónde vas? ¿me vas a dejar aquí?
-Sé feliz –le dije con un nudo en la garganta.
-¿Feliz sin ti? ¿Eso quieres Angie? No me hagas esto –estaba llorando, y mucho.
-Perdóname.
-No me hagas esto –repitió- yo te amo.
-Pero yo no, jugué contigo para tratar de repararme –le dije y salí de la habitación, hecha una mierda.  

Enamorada de mi ginecólogo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora