Cuando llegué al jardín del instituto, me encontré a Takashi recostado, leyendo un libro.
- Takashi! -grite sin pensarlo
Él se levanto lentamente, sin cerrar el libro, volteo y me sonrió con esa sonrisa que tanto me sonrojaba.
Corrí hacia la banca, y me senté a su lado, no le dije hola, tampoco lo voltee a ver, yo quería ir directamente al grano.
-Takashi, no se que me pasa, creo que me estoy volviendo loco, toda mi vida esta llena de problemas, me he mantenido fuerte, pero en lo más profundo de mi corazón siento que estoy callendo lentamente a un vacío interminable. Y sabes que es lo peor de todo, que te odio con todo mi corazón, pero no puedo alejarme de ti, cada que veo tu sonrisa, cada que pienso en ti, cada que recuerdo ese beso que te di; mi corazón se estremece. No espero que lo entiendas, pero es una sensación muy extraña, algo que jamás me había sucedido. -Dije con la voz entrecortada.
Como siempre, Takashi en lugar demostrar cualquier
emoción sonreía radiante mente.
-Kazuki, eso que sientes se llama amor
-¿Qué?, ¿Acaso piensas que yo me enamoré de ti?
Él solo asintió con la cabeza
- No Takashi, yo por ti solo siento odio
- Ay, ¿no sera que eres gay?
-¿Qué? No, ¿de donde sacas esas ideas tan retorcidas?
- No lo sé, pero piensa bien. Nunca has tenido novia, siempre has dudado de quien eres, te sonrojas frente a los chicos, y a la única persona a la que haz besado, es a mi.
La verdad Takashi me hizo dudar mucho, pero quizá tenia razón. Pero estaba tan atónito que no dije nada.
-Mira Kazuki, ¿Te gusta leer? - Dijo tratando de cambiar el tema
- Obvio no, osea lo más que he leído son los libros de la escuela.
Takashi me miró con cara de desaprobación.
- Este libro que estoy leyendo, lo escribió un chico americano llamado Peter, él tambien es gay, y cuenta todo lo que ha vivido. Apenas esta empezando, pero me agrada mucho. Toma - me dijo estirando el libro hacía mi. No tuve otra opción mas que tomarlo.
-Gracias, supongo -dije algo dudoso
Takashi se acerco a mi y me abrazo cariñosamente, yo no dije nada, sus abrazos siempre me habían parecido reconfortantes.
Nos quedamos cayados un momento, solo observábamos el paisaje tan maravilloso, que siempre había caracterizado al jardín, pues bajo ese radiante crepúsculo, veíamos además como los pétalos del campo de cerezos, caían presurosos.
- Es hermoso ver como las flores caen, y más si estoy a tu lado.
-Takashi, tal vez yo te amo
- No Kazuki, no puedes amar a alguien tan pronto, pero si tu quieres, podemos intentarlo
-si, tal vez podríamos.
-¿Entonces ya no somos amigos?
-No - le respondí tomándolo de la mano,- somos mas que eso.