Información peligrosa

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Regina Mills suspiró mientras miraba por la ventana de su despacho. Emma Swan había ganado, era la Sheriff de esa ciudad. Nombrada después del fallecimiento de Graham Hill, la ciudad había votado a favor de la joven contra todo pronóstico y sobre todo contra el de la Señora Alcaldesa.

Ella deseaba que esa mujer insolente que se le había enfrentado y se obstinaba en ver a su hijo desapareciera lo más lejos posible.

No quería verla acercarse demasiado a ella o a su hijo, estaba fuera de toda discusión dejar que lo hiciera, ella encontraría...sí, ella encontraría una manera de hacerla doblegarse, y después marcharse. Cuando Sidney Glass entró en su despacho sin tomarse la molestia de anunciarse, estaba dispuesta a saltar sobre él. Pero enarbolaba una sonrisa glacial que siempre iba asociada a una "buena noticia", y que le caracterizaba cuando había encontrado una información crucial para llevarle a su mentora

«Y bien, querido, ya que está aquí, espero por su bien que tenga una excelente razón para irrumpir de esa forma en mi despacho. ¿No le han enseñado a tocar en la puerta?»

«Le traigo excelentes noticias, Regina»

Entonces él se sintió a sus anchas, se sentó y suspiró, como si esperara algo.

«Le escucho, ¿qué está esperando? ¿Té, pastas? ¿Son tan increíbles sus "buenas noticias"?» dijo la joven morena visiblemente molesta.

«Creo, querida, que, finalmente, me debe esa famosa cita que me había prometido si la libraba de Emma Swan»

El hombre que tenía delante, aunque de cierta manera seductor, lo era tanto como una serpiente y a Regina Mills no le inspiraba deseo particular, mucho menos sexual, pero ella podía manipular al hombre por la vil creencia que tenías todos, el de satisfacerla en ese terreno con algunos arrullos seguidos de algunos golpes de pelvis nocturnos.

Ignoraban que Regina Mills se mofaba de sus lamentables prestaciones, ellas los consideraba como objetos de satisfacción, como trofeos.

Regina suspiró de nuevo ruidosamente y extendió la mano.

«Deme lo que ha encontrado y haré mi parte, soy una mujer de palabra, sin embargo no espere más que una cena compartida»

«Me conformaré con eso por el momento» dijo un poco desilusionado, mientras le tendía un sobre gris y un pen-drive «La dejo para que aprecie el descubrimiento, confieso que he mirado varias veces la información. Le haré llegar la factura»

Salió de la estancia soltando una risa casi grosera. Regina se sirvió una copa de whisky, aunque no era su costumbre. La risa de ese hombre cruel la había helado y ella se preguntaba lo que ese sobre gris podría contener, quizás algo que haría desaparecer a Emma Swan para siempre. Y contra todo pronóstico, se sintió desilusionada, terriblemente desilusionada de que esa mujer fuera tan fácil de abatir, tan vulnerable. Ella la imaginaba, quién sabe, quizás más fuerte de lo que la apariencia dejaba ver.

La joven se dirigió hacia el sobre gris y lo abrió. Al principio, encontró dentro un documento bastante viejo, con seguridad de más de diez años, se trataba de un contrato, un contrato de producción, comprometiendo a la susodicha Emma Swan en un papel de actriz bastante particular, ya que Green Production era una empresa especializada en la creación de películas pornográficas.

A Regina le faltó poco para escupir el sorbo que se había llevado a la boca. Rio, nerviosa, a carcajadas, después recorrió los diferentes documentos, que contenían fotos de cuerpo entero de Emma Swan, visiblemente mucho más joven y con el pelo pelirrojo. A continuación, febril, la morena salió de su despacho y le dio a su secretaria el resto del día libre, y cerró la puerta tras ella. Tenía deseos de ver el contenido del pen-drive de manera solemne, como el ensayo de la muerte de un "pequeño cisne" como ella la llamaba en ese momento, ya que visiblemente no era una "oca blanca".

Turbio pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora