Figura de estilo

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«Mierda, mierda» dijo la rubia en voz alta bajo la ducha, ¿qué se le había pasado por la cabeza, de repente, para contestar tan directamente? Pensó que un paseo le haría bien; Regina acababa de confiarse a ella, y ya estaba ella insinuándosele descaradamente, pero no había sido ella quien había comenzado ese pequeño juego. Pero Emma tenía consciencia de que su discurso estaba lleno de promesas y que no se trataba, en absoluto, de una fingida esperanza para una única noche de sexo.

Emma no era de temperamento romántico, o al menos así lo había creído hasta ese momento, las mojigaterías amorosas no eran lo suyo, a ella le gustaba la acción y las relaciones sinceras que no se eternizaran en cantinelas inútiles y sin embargo...¿Qué decir o hacer si le dan calabazas? Y si se atrevía a ser más explícita con la morena, ¿qué decirle a Henry si, por el contrario, ellas comenzaran una relación? ¿Y cómo la vivirían? ¿Acaso Regina asumiría ese tipo de cosas? Muchas preguntas....«Mierda de preguntas...» Emma no tenía ninguna respuesta, estaba conmocionada y aún más al recordar los besos recibidos esa mañana.


Regina se echó en el sofá del salón después de haber recogido metódicamente, como era su costumbre, las huellas de la víspera. Con la mano sobre su cabeza, esperaba que la pesada sensación dejada por la noche de alcohol desapareciera. Pensó que debería llamar al doctor Hopper esa mañana, necesitaba hablar con alguien, y rápido...El giro de los acontecimientos no estaba tomando en absoluto un camino de dulce calma y serenidad con Miss Swan, al contrario, acababa de levantarse una tormenta.

¿Había ido demasiado lejos esa mañana con Emma? ¿Había hecho nacer falsas esperanzas? ¿O era el desarrollo normal de las cosas entre ellas? Regina tenía también su lote de preguntas sin respuestas adecuadas.

Escuchó a la rubia bajar las escaleras como lo haría su hijo, es decir corriendo y caminando al mismo tiempo. No estaba asombrada por las similitudes infantiles que podían tener...Sin duda, entraba dentro del orden natural.

«Voy...a dar una vuelta» dijo Emma algo vacilante al ver a Regina tumbada en el sofá

«Vaya...vaya» respondió la otra mujer que parecía extenuada.

Una vez fuera, Emma pudo disfrutar del placer de admirar el paisaje, que se despejaba poco a poco. La lluvia de la víspera había vuelto el jardín de atrás esponjoso y notó que algunas plantas mantenían a duras penas el equilibrio en la tierra. Sentir el aire fresco y observar la naturaleza alivió a la joven, al final, se encontraba bien ahí. Después, sus pasos la llevaron a un sitio con rocas donde pudo sentarse, y con las manos metidas en sus bolsillos, reflexionó sobre esas última cuarenta y ocho horas.


Regina se había confiado a ella, sobre un pasado doloroso y trágico en el que solo la presencia de Henry la había ayudado a afrontar cada prueba. El alcohol había permitido que se contaran y que se dejasen ver ante la otra más vulnerable de lo que aparentaban, y como consecuencia, podían convenir que ya no habría mezquinos desacuerdos o tomas de posición referentes a Henry. Las cosas se habían esclarecido y cada una podía medir los esfuerzos y los beneficios de todo lo acontecido.

Ahora compartían más que la crianza de un hijo, la mujer había cambiado, ya nada sería como antes.

¿Y qué pasaba con sus sentimientos? ¿Estaba enamorada? ¿O solo intrigada por Regina? Quizás era un poco de las dos cosas. Pero, sobre todo, había sentido ese pinchazo invisible que le había atravesado el corazón cuando supo que Regina había estado con el tal Robin, ella que muy pocas veces sentía celos hasta ese punto. Por supuesto, siempre se sentía herida cuando alguien que le gustaba le daba la espalda, pero pensaba que era más bien una reacción de orgullo antes que la prueba de un real y profundo sentimiento hacia el otro. Esto era diferente, estaba desolada por Regina, por el hecho de que no hubiera funcionado, pero al mismo tiempo aliviada, era un sentimiento potente y egoísta que la había empujado a hacer aquella declaración.

Turbio pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora