Oscuro mensaje

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Henry se levantó en primer lugar y fue a despertar a sus madres que, visiblemente, habían olvidado que él todavía tenía algunos días de colegio todavía, cosa que le hizo reír, porque en su vida había visto a su madre adoptiva quedarse dormida o ser el tipo de personas que se olvidasen de esas cosas. Literalmente Regina se despertó de sobresalto al escuchar a su hijo llamarla desde detrás de la puerta.

« ¡Emma, despiértate! Tienes que ir a trabajar»

« Mmmm, no» murmuró Emma

« ¡Arriba! ¡Miss Swan!» casi gritó la alcaldesa, divertida más que enfadada ante la situación.

Regina intentó empujar a la rubia de la cama, en vano, mientras le gritaba al oído.

«¡QUÉ, QUÉ!» chilló Emma, despertada brutalmente

« ¡Arriba!» dijo Regina riendo

«Pero, yo...»

«Nada de peros, voy a ocuparme de Henry, tienes cinco minutos para ducharte y vestirte correctamente»

«Mmmm» refunfuñó la rubia poniendo sus brazos sobre sus ojos para esconderse de la luz

Regina abrió las cortinas y después, sin hacer caso de su teléfono, caminó hacia la puerta donde se detuvo bruscamente.

«En serio, Emma, se ha hecho tarde para que te levantes, esa ciudad necesita de su sheriff»

«Sí, señor alcaldesa...»

Emma se levantó y chocó contra algo pequeño que le hizo daño en el pie, gruñó otra vez. Sus dedos habían chocado con el teléfono de Regina, que se deslizó aún más bajo la cama. Media sonada por su loca noche, los pocos minutos pasados bajo la ducha la devolvieron a la realidad. Sonrió, iba ser duro ser la amante de una mujer tan...exigente en la cama. Quizás debía volver a hacer deporte, pensó, incluso hacer dieta, acompañada de vitaminas, para mantener el tipo. Continuó con su monólogo, y se bañó tranquilamente, divertida ante la perspectiva de usar el gel de ducha de Regina. ¿Qué diría de eso su medio hermana? Rio suavemente y salió de la ducha unos minutos después.

Regina había mandado a su hijo al cole. Subió y se cruzó con Emma, un intenso beso fue intercambiado en el rellano, las dos tenían prisa. Emma entonces le gritó a la otra mujer

« ¡Ya es hora de que Henry se prepare solo su desayuno!»

« ¿Por qué?» respondió Regina que se estaba desvistiendo en el cuarto de baño

«Para que podamos ducharnos juntas»

Emma esperó una respuesta que no vino inmediatamente.

«Idiota, ¡venga, a trabajar!» dijo Regina de la forma más seria posible, conteniéndose para no reír ante las idioteces de "su rubia"

« ¡Ya me voy, hasta luego!»

Emma bajó las escaleras y salió, dejó su abrigo en casa de Regina, esperando que esta comprendiera el mensaje, no muy sutil, de que pensaba volver por la noche. La rubia llegó al trabajo, mientras que la morena se disponía a salir hacia el suyo. Maldijo porque no encontraba su teléfono. En primer lugar, buscó en su despacho, después subió a la habitación y después de algunos minutos de búsqueda, lo encontró bajo la cama, lo cogió y lo metió con prisas en su bolso, ni se molestó en ver si había alguna llamada perdida.


Emma estaba en la comisaria, y se sorprendió cuando una hora después de haber llegado vio aparecer a su hermana.

«Buenos días, Mary» la acogió fríamente

«Buenos días, Emma, ¿tienes un momento?»

«Como puedes ver, siempre estoy desbordada...aquí en Storybrooke» gruñó la rubia

Turbio pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora