Capítulo 10: La Bienvenida

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-Tú nos dijiste que la familia Grunklee se había extinguido y que Hans era el único que quedaba.-Dijo el chico que estaba apoyado en la pared más alejada de la puerta.

La escasa luz y el flequillo negro del muchacho le impedía a Abi ver su rostro; tenía un aspecto misterioso y atrayente a la vez.

-Ventua, todos sabíamos que Hans y Evelyn esperaban una hija.-Contestó Lord Peniston.

-Sí, pero nadie sabía que estaba viva.-Comentó Caleb.

Abi miró interrogante a Lord Peniston, pero este tenía la mirada clavada en Caleb.

-Eso no viene al caso, ahora lo importante es acomodarte.-Dijo mientras le dedicaba a Abi una amigable sonrisa.-Rose, ¿te importaría buscarle una habitación y prepararla para nuestra invitada?-Preguntó dirigiéndose a la muchacha que estaba junto a Caleb.

La muchacha se puso en pie y miró a Abi a los ojos; le sacaba a la chica una cabeza. Era como una modelo, aparentaba veinte años, su melena castaña,perfectamente lisa le llegaba hasta la cintura. Sus ojos eran marrones, casi negros y algo en su mirada hacía que la viera como a la persona mas sexy del mundo. Sus labios estaban torcidos en una perfecta sonrisa.Todo en ella inspiraba paz pero al mismo tiempo admiración.

La chica le hizo un gesto para que Abi la siguiera y salió de la cocina. Rose tenía un andar majestuoso y su melena se balanceaba sobre su espalda con cada paso. Abi tuvo que caminar rápido para situarse a su altura.

Subieron al cuarto piso,dónde estaban situadas las habitaciones de los Guardianes, recorrieron todo el pasillo, Rose abrió la puerta de una habitación de paredes grisáceas, sin más decoración que un viejo y destartalado armario, un pequeño escritorio y una cama doble.

-Ya sé que esto no tiene muy buena pinta...-Comenzó Rose.

-Tampoco está tan mal.-Dijo Abi.

-Por Dios, da asco, la pintaremos y la decoraremos; esto tiene que ser habitable.-Dijo Rose.- Y tampoco vendría mal comprarte algo de ropa.-Dijo señalando su vestido.

-A mí me gusta este.-Comentó Abi encogiéndose de hombros.

-Sí, pero necesitarás algo más que eso si te quedas aquí.Además, Caleb no tiene muy buen gusto para la ropa.-Añadió la muchacha.

-Quizás podríamos empezar por pintar las paredes, ¿no?-Preguntó Abi.

-¡Claro!-Contestó con una sonrisa.-La mía es de color rosa ¿quieres verla?-Preguntó cogiendo a Abi del brazo y llevándola a la habitación contigua sin darle tiempo a responder.

La habitación de Rose era preciosa, muy femenina para el gusto de Abi, pero ideal para alguien como Rose. Las paredes eran totalmente rosas, llenas de pequeños dibujos de flores negras; estaba mucho más amueblada que la suya; había una cama enorme con dosel, una mesilla a cada lado de la cama. Un enorme armario de color negro que tenía un espejo en un lateral, un escritorio perfectamente ordenado y un biombo blanco y negro del que colgaba ropa.

-Cuando acabemos, tu habitación se parecerá a esta, ¿de qué color te gustaría pintarla?-Preguntó.

-Bueno el verde me gusta mucho.-Comentó.

-¡Pues, vamos! Hay mucho que hacer.

Ambas regresaron a la que sería la habitación de Abi y quitaron los muebles de ella, y comenzaron a limpiar las telarañas que se acumulaban en las esquinas.

Cuando ya habían limpiado todo bajaron al piso principal dispuestas a salir para comprar pintura cuando se toparon con el chico al que Lord Peniston había llamado Ventua. El chico iba jugueteando con una pequeña daga entre los dedos. Tenía el pelo totalmente negro y, cuando alzó la vista, Abi vio por primera vez sus ojos; eran totalmente grises y algo en ellos le inspiraba a la chica desconfianza.

Los Guardianes de Arthros I Un nuevo mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora