Sus labios eran delicados junto a los de ella, se movían con suavidad, como si el chico tuviese miedo de lastimarla; Nathan bajó su mano hasta su cintura, pero rodeó su cuello con la mano que le quedaba libre para atraerla más hacia él., Abi lanzó una exclamación ahogada y cerró los ojos para dejarse llevar; paso sus brazos por la nuca de Nathan y entrelazó sus dedos con sus cabellos de plata. El chico separó sus labios con los suyos, dando paso a su lengua, que jugaba frenética con la suya; el beso se fue tornando cada vez más salvaje, parecía que el chico no se iba a separar de ella jamás. Abi lo apartó con suavidad para coger aire, pero él apenas le dio tiempo, porque la volvió a asfixiar con otro de sus salvajes besos.
''¡Para! ¡¿Qué haces?!´´ la voz en la mente de Nathan no paraba de chillarle, pero cuanto más le gritaba que aquello no estaba bien más ganas tenía él de seguir; el calor recorría sus venas, quemándole, tenía la sensación de que comenzaría a cambiar en cualquier instante; pero le gustaba sentir ese miedo, hacía que subiese su adrenalina.
Abi abrió los ojos y por un momento vio a Caleb y no a Nathan, la chica le empujó asustada. Nathan la miró sorprendido.
-Esto no está bien-dijo la chica.
-¿Por qué no?- preguntó Nathan acercándose a ella.
-¡Porque no!
Abi se giró, cogió sus cosas y bajó a todo correr por la escalera de mano, pasó por delante de todos los lobos sin parar a mirarles y siguió corriendo tan rápido como se lo permitía su vestido.
Su cabeza era un cúmulo de preguntas ''¿Qué he hecho? ¿Por qué?¿Quién es Meredith?´´
Nathan tardó un poco en reaccionar, pero cuando lo hizo bajó las escaleras y la siguió corriendo; comenzó a cambiar, la ropa quedó en el suelo hecha jirones, Nathan pasó de ser un chico a un lobo polar, de pelaje blanco, en apenas un minuto.
Abi chocó contra alguien y calló al suelo de espaldas.
-Pelirroja ¿qué haces?-la chica subió la vista, ante el sol, se recortaba la figura de un chico rubio con una gran espada en la espalda.
-¡Caleb!-dijo poniéndose en pie sobresaltada.-¿Qué haces aquí?-preguntó recuperando la compostura.
-¿Acaso no es obvio?-preguntó sarcástico- he venido a buscarte, al parecer dedo seguir cuidando de ti y estuvo mal dejarte sola. Sabría que te alegrarías de verme, pero no pensé que te fueras a lanzar de esa manera a mis brazos.
La chica le propinó un puñetazo en el hombro.
-Idiota-dijo.
Acto seguido un lobo blanco apareció junto a ellos. Abi reconoció al instante a su amigo.
Las miradas del Guardián y del lobo se cruzaron, y en los ojos de Caleb comenzaron a saltar esas chispas que hipnotizaban a la chica; pero la mano del chico en la empuñadura de la espada no le daba muy buenas vibraciones a Abi. Nathan le sostuvo su mirada de lobo, desafiante.
-Fuera de aquí, chucho.-dijo Caleb.
Nathan sonrió mostrando sus afilados colmillos.
-Tranquilo,-dijo Abi- es Nathan.
Caleb la miró sorprendido.
-¿Le conoces?- la chica asintió.
Esto es increíble, te dejo sola cinco minutos y te haces amiga de un lobo, ¿en qué piensas?-la chica le dedicó una mirada de odio.
-Ni que te importase mucho lo que me pueda pasar.
-¿cómo?- el chico clavó su eléctrica mirada en la suya.
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Los Guardianes de Arthros I Un nuevo mundo
FantasiSiempre hay algo más detrás de la imaginación