Todo empezó con una simple amistad prohibida, pero ninguno de los dos sabia que esa simple amistad llegaría a convertirse en un fuerte e invencible amor.
Solo ellos dos conocían su historia de amor, les gustaba jugar con fuego y el deseo que se tení...
Estaba en la estación de King's Cross esperando a mis mejores amigos, para ir los cuatro a buscar un compartimento.
Hermione! - escuché como gritaban los tres al uníson. Hola chicos, me alegra tanto de veros - dije No sabes cuánto te echamos de menos - dijo Ron mientras me daba un abrazo y un beso en la mejilla. Oh y yo a vosotros también chicos - dije Porque no vamos a buscar un sitio para sentarnos y seguimos con la charla - dijo Harry
Ginny y yo nos quedamos detrás de los chicos.
Herms, que tal con el que tú ya sabes - dijo mientras dibujaba un corazón en el aire. Oh Ginny no sabes cuánto le he echado de menos, nos enviábamos cartas, pero aún así....-Dije mientras chocaba con algo o más bien con alguien. Mira por donde vas -dijo el muchacho mientras se giraba y yo alzaba la vista. No estés en medio Malfoy -dije mientras seguía mi camino, note como alguien me agarraba del brazo. A la misma hora de siempre y en nuestro lugar de siempre -dijo con esa voz tan seductora que a mi me volvía loca, como le he extrañado, que ganas tenía de verle. Yo solo asentí y le di una pequeña sonrisa mientras él se iba con Zabinni.
Llegamos a Hogwarts y nos dirigimos al Gran comedor para escuchar el discurso del director Dumbledore y la selección de casas para los nuevos alumnos de primero.
El director de la escuela, se levantó de su asiento en cuanto la ceremonia de selección hubo terminado y todos los alumnos nuevos se situaban en su lugar.
Alumnos y alumnas de Hogwarts, es un honor comunicar que la escuela abre sus puertas una vez más ante todo aquel que esté dispuesto a estudiar en este colegio, los secretos de la magia y la hechicería. Debo anunciar a los alumnos de primer año, y recordar a los demás, que el bosque prohibido no es seguro, sobre todo si estáis solos. Se os informa que el pasillo del tercer piso, está terminantemente prohibido para todo aquel que no desee la más indeseable de las muertes –la mirada del director paseó por las caras de algunos alumnos, entre ellos la de Harry, la de Ron y la mia.- Quiero dar también la enhorabuena, a los alumnos recientemente seleccionados para sus casas, e incitar la obediencia a sus respectivos prefectos. Éste año Hogwarts ha sido elegido, para llevar acabó el Torneo de los tres Magos, así que mañana en la hora de la cena serán presentados los otros dos colegios. Por último, no tengo nada más que decir en este momento, que desearos suerte en vuestros estudios, y que tengáis una saludable cena de bienvenida. ¡No quiero entreteneros más! –sonrió con un asentimiento y alzó los brazos.
Acto seguido, sobre las grandes mesas aparecieron platos y fuentes repletos de comida hasta la saciedad. Humeante pollo, puré de patatas, pudding, pastel de carne... La primera cena del nuevo curso.
Dirigí mi mirada hacía cierto rubio que estaba ya en ese momento mirandome, creo que pudo notar que me había ruborizado ya que echo una pequeña risita. Después de la cena me dirigí hacía mí habitación para descansar un rato ya que después he quedado con Draco.
DRACO
Cuando termine de cenar mire por última vez a la mesa de los leones y la vi sonreír con su hermosa sonrisa, me gustaba observarla desprevenida, se veía tan natural y perfecta. Esta noche iba a ser especial, se que no soy todo un romántico, le pedí ayuda a mi madre y ella me dio unos consejos y a parte había preparado unos dulces para que Hermione los probara. Sí hablé con mi madre sobre Hermione y ella está encantada pero no sabe si mi padre la aceptará, aunque a mi lo que piense ese hombre me da igual, mi madre la ha aprobado y yo la amo, eso es lo más importante. Me dirigí hacía la copa del árbol donde siempre nos encontrábamos, y con un movimiento de varita hice aparecer una mesa y dos sillas, en la mesa habían unas velas que la iluminaban. Cerca del lago hice aparecer un mantel de los colores de su casa y unos cojines de los colores de mi casa, a unos pocos metros hice aparecer unas pequeñas lámparas de aceite, para que este lugar no parezca tan lúgubre y oscuro. Y cuando ella llegue pondré un hechizo para que nadie nos vea y podamos estar juntos a solas sin que nadie nos moleste.
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