Magick: El libro del Infinito [EN PAUSA]

CAPITULO 1: LA FAMILIA DE WOODS

A medida que el canto del gallo fue cesando y el sol empezaba a entreverse entre las nubes del horizonte, la campana del Orfanato empezó a sonar.

Thomas aún seguía durmiendo, no quería despertarse, por primera vez en mucho tiempo había tenido un sueño bonito. Pero era inevitable que no despertara. Abrió un poco los ojos y se removió entre las sabanas, estiro un poco los brazos y las piernas, acto seguido se incorporo y se quedo sentado. Tenía el pelo muy despeinado y parte de el lo tenía pegado a la cara, debido al sudor.

Eran finales de primavera, por lo que ya empezaba a hacer calor, y cada vez llovía menos. Durante un tiempo, el jardín del Orfanato estuvo seco, y algunas plantas murieron. Según las noticias, era la primera vez en 30 años que en Woods hacia estas temperaturas en Primavera. El pueblo de Woods había crecido en proporción estos cuatro años. Ahora una gran porción del bosque estaba ocupado por viviendas y urbanizaciones, lo que significaba que habían tenido que talar muchos arboles. Esto, por un lado, le tranquilizaba a Thomas, por que pensaba que si talaban el bosque, habría menos posibilidades de que otro ser como el de aquel dia apareciera. 

Habían pasado ya cuatro años desde que Thomas fue encontrado y recogido por la policía. Al volver al Orfanato, le curaron las heridas y le entrevistaron. Thomas les contó todo lo que había visto, pero nadie le creyó, pues tan solo eran leyendas, sin embargo el tenía la prueba de que existían. Los policías creían que tal confusión se debió al golpe que Thomas recibió en la cabeza. 

Thomas fue castigado durante mucho tiempo sin salir de su habitación, exceptuando las clases, y de mientras la policía estuvo buscando a Emma por toda la región de Woods. Pasado un año, fue dada por muerta, ya que no habían encontrado ningún rastro de ella. Pero Thomas estaba seguro de que se la habían llevado los seres sin rostro. De lo que no estaba claro era a donde, por que y si aun estaba viva. La perdida de Emma fue muy dura para Thomas, el cual estaba completamente solo. Ya no tenía nadie con quien hablar. Se tiraba los recreos en la fuente, sentado pensando en nada. Sus notas habían empeorado mucho y seguían sin acogerle en ninguna familia. Por suerte, la Directora Wayne le había dejado quedarse en vez de ir a un Centro de Menores. 

No había ningún sólo día en el que Thomas no pensara en Emma ni en el ser. 

Despejando su mente y dando un gran bostezo, Thomas se levantó y se puso sus zapatillas rojas, las cuales estaban bajo la cama. La habitación era bastante pobre, comparada a como estaba hace unos años. Las paredes grises daban un tono frío al cuarto, en el que solo había una cama, un armario y un escritorio.

Abrió el armario y sacó lo más cómodo posible pues odiaba la ropa rugosa. Normalmente llevaba chandals. 

Mientras se vestía, intentó re colocarse el pelo, el cual estaba ya bastante largo, un poco más y le llegaría a los hombros. Por un momento, Thomas pensó en su pelo. El pelo de Thomas era de color castaño, y siempre le habían dicho que pegaba mucho con sus ojos verdes. 

Thomas empezó a reírse, había pensado tal locura que era imposible no reír. Saco el estuche de su mochila y cogió las tijeras. Miro al reloj, que marcaba las 8:13, y pensándolo un rato, salió de la habitación sin ni siquiera hacer la cama. Se dirigió al baño, que estaba justo en frente. Entro por la puerta de los chicos y llegó al lavabo. Por suerte no había nadie, asi que se mojo el pelo, y empezó a cortárselo. Era bastante malo, pues le había quedado muy regular, pero a el le gustaba. Estaba mucho mas corto que antes, y Thomas pensó que su nuevo corte era muy chulo. 

De repente, Thomas escucho el ruido de la puerta y vio entrar a tres chicos. Tony, de 12 años, Edward, de 12 también, y a Henry, de 13. Thomas se puso muy nervioso pues estos tres chicos solían meterse con el. Henry avanzó y se puso delante de Thomas. El niño era mucho mas alto que Thomas y este pensó que cuando fuera adulto mediría mas de dos metros. De repente, Henry se fijo en las tijeras.