CAPITULO 7: LOS PROBLEMAS DE FELIPE

58 12 4
                                    

Cuando Thomas y Emma llegaron a su dormitorio lo primero que vieron fue (otra vez) a Felipe, el mayordomo.

—Oh... Señor Clayton y... ¿Quien es usted jovencita? — preguntó el hombre fijándose en Emma, la cual se acababa de sentar en la cama de Thomas.

—No es de tu incumbencia, Felipe — Howard, acababa de entrar por la puerta rápidamente, justo a tiempo de responder la pregunta del mayordomo

—Perdóneme, señor, ya me marcho — se disculpó Felipe con una pizca de arrepentimiento en su voz — Buenas noches.

Thomas se lo quedó mirando y observó como se metía en su dormitorio, al que Thomas se lo imagino como un cuarto tan limpio como los chorros de loro. Le daba risa imaginarse tal cosa, pues jamás había tenido un mayordomo que le limpiara la habitación.

—Bueno, os dejo que os acomodéis y descanséis. Mañana hablaremos del tema. Buenas noches, o madrugadas - —dijo Howard con tranquilidad. 

—Buenas noches señor — dijeron los dos hermanos al mismo tiempo, mientras se les escapaba una risa. 

Howard cerró la puerta y Thomas escuchó el alejamiento de sus pasos. Emma se había tumbado en la cama ocupando todo el espacio, pero sin embargo, no se había puesto una ropa cómoda. 

—Espero que no te importe, hace mogollón que no duermo en una cama en condiciones — dijo Emma al ver la cara de su hermano.

—¿Donde has estado viviendo estos años? — preguntó Thomas, con curiosidad de saber donde había estado todo este tiempo su hermana. Quería saber todo acerca de sus aventuras en el Multiverso.

—Oh, bueno, en realidad, dormía en la Sala del Nexo, entre los árboles. La verdad es que no estaba mal, pero no era lo mejor. Los Watson me pusieron un pequeño colchón. Son las reglas, un Lector siempre debe pasar la noche en la Sala — explicó Emma. Thomas pensó en el aburrido trabajo que debía ser un Lector. Sin duda alguna, el no hubiera aceptado el puesto.

—¿Y no te dejaban bajar aquí abajo, o salir al aire libre? 

—Si, bueno eso sí, pero tan solo por el día y como mucho dos horas. Era muy agobiante — siguió contando la hermana

—Entonces, ¿Hoy también dormirás arriba? — volvió a preguntar Thomas, a la vez que le entraba un sentimiento de pena por su hermana.

—Si... lo más aburrido de todo, es que tengo que hacerme el largo recorrido todos los días — añadió Emma.

A Thomas se le empezaron a cansar los pies por lo que cojió una silla del escritorio y la puso al lado de la cama para sentarse junto a su hermana.

—Siento no haber vuelto a por ti y explicarte todo —dijo Emma, mientras se incorporaba en la cama.

—No pasa nada... no tenías elección - —replicó Thomas -— Cambiando de tema... Felipe nunca te ha visto

Emma hizo un ruido con la boca dando a entender que era un gesto de afirmación.

—Pues vaya... jajaja...

A Emma se la escapó una pequeña risa.

—¿Ha sido duro? Quiero decir... ¿Lo pasaste mal al principio? — Thomas creyó que estas preguntas quizá convenía preguntarlas en otro momento más apropiado, pero viendo que Emma no ponía ninguna mueca, se olvidó de ello. 

—Muy duro... me costó mucho adaptarme y sobre todo entenderlo... pero al final ha resultado divertido. Tengo muchas ganas de contarte todo lo que he visitado y visto — propuso Emma

—¿Has visitado todos los universos? — dudó Thomas

—Madre mía, nadie los ha visitado todos por que... bueno, son infinitos. Al menos eso dicen. Tan solo los Guardianes lo saben — explicó Emma — No habré visitado ni el uno por ciento de todos. He visto mogollón de criaturas que ni te llegarías a imaginar que existirían — continuó Emma.

Magick: El libro del Infinito [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora