Capítulo 6.

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3 meses después...

-¿Ibiza?- Pregunté visiblemente desencajada.

-Si... Ibiza- Contestó él como si fuera no más natural del mundo.

-Marco es imposible, no puedo irme del hospital avisando tan encima.

-Te dije que diría que no... Págame- Dijo Robin mirando victorioso a Marcel, comenzaba a irritarme esto de las apuestas, pero decidí no prestar atención.

-Además ¿No se supone que pases navidad en familia?- Pregunté ante la atenta mirada de Manuela que estaba terminando de recoger la mesa.

-Por eso... Nos vamos el 25 después de la cena en casa de mis papás. Irás ¿Verdad?- Respiré profundo sabía que mi respuesta no iba a gustarle nada.

-No...

-¿Por qué no? Mamá... Emma no quiere ir a la cena de navidad- Le pegué un codazo.

-Pero Emma...- Manuela se sentó frente a nosotros entre Robin y Marcel.

-No es como dice Marco... No es que no quiera, es que esa noche voy a estar de turno, ya me había comprometido desde antes a quedarme en el hospital- Expliqué.

-Pero si jamás trabajas de noche- Marco estaba totalmente irritado.

-Por lo mismo me ofrecí...

-¿Te ofreciste?- Se puso de pie caminando de un lado a otro.

-Hace como 6 meses...- Robin y Marcel reían divertidos.

- Entonces con más razón puedes irte de vacaciones conmigo a Ibiza...

-Marco el 26 llegan todos los internos, hay que explicarles cómo funciona el hospital y no los puedes dejar solos la primera semana con pacientes... Porque no saben qué hacer.

-Déjame adivinar- Interrumpió cruzándose de brazos- ¿También te ofreciste a ser su profesora?-Puse los ojos en blanco.

-No... Eso tengo que hacerlo por contrato...- Me puse de pie y tomé sus manos entre las mías- Marco... Puedes irte de vacaciones con Robin y Marcel, después podemos planear algo juntos- No estaba muy satisfecho, pero al menos sonrió.

-¡Increíble! Te dando permiso de irte a Ibiza con nosotros- Robin sonrió con malicia.

-Cuando te aburras de Marco... Estoy disponible- Dijo Marcel antes de chocar su mano con la de Robin.

Y los días pasaron increíblemente rápido, me sentía totalmente frustrada la mañana de navidad, había ocupado todo mi tiempo libre en buscar algo que regalarle a Sara y poder enviarlo a Francia por correo, ni siquiera con Marco había sido tan difícil. Pero para mi hermana menor no había encontrado nada, y lo cierto era que ya ni siquiera la conocía, no sabía de sus nuevos gustos, sus nuevos intereses, poco a poco nos íbamos a ir convirtiendo en extrañas ¿Seguirá siendo la pequeña niñita que disfruta ver películas todas las tardes de los domingos acurrucada junto a su hermana o tal vez el cambio hormonal ya la está afectando y prefiere ir al cine con algún amigo?

La pantalla de mi teléfono se alumbró, sonreí al ver una foto de Lilly y Erik disfrutando en una playa de Miami, por otro lado Marco había insistido hasta ayer por la noche en que fuera a Ibiza con él, a ésta hora de seguro su avión estaba aterrizando en la famosa isla española, miré mi reloj, aún quedan dos horas, tomé un poco de café, pero lo único que quería era irme a dormir, sólo dos horas... Sólo dos horas más.

El 31 de diciembre había llegado y como no tenía planes, y tampoco tenía que ir al hospital esa noche, después del típico paseo con Kamal por el parque me acomodé en el sofá frente al televisor mientras daban un especial de "The big bang theory" preparé chocolate y me arropé con una manta de polar blanca, suspiré pesadamente, al menos esta vez no había sido tan desastrosa como mi primer año nuevo en Alemania, esa noche había llorado muerta de miedo hasta quedarme dormida, la paranoia seguía latente y después de pasear con Kamal estaba segura de haber visto a Daniel merodeando la casa, pero que no tuviera miedo no quitaba que fuera una víspera de año nuevo patética, extrañaba a Marco mucho más de lo que estaba dispuesta a admitir y aún le quedaban dos días más en España. Había rechazado la invitación de unos compañeros de trabajo para ir a una fiesta. Estaba casi quedándome dormida cuando Kamal se puso alerta ¡Mierda! Había olvidado darle las gotitas para que estuviera calmado durante el espectáculo de pirotecnia, miré mi reloj, aún era temprano, Kamal se dirigió a la puerta principal y ladró un par de veces antes de volver a sentarse en el sofá junto a mí. Los suaves golpes me tensaron, respiré profundo un par de veces, no puedo seguir reaccionando así cada vez que viene alguien y es de noche. Me puse de pie y caminé hacia la puerta.

Un lugar seguro (Marco Reus)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora