Epílogo.

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Había vuelto a Londres y era yo misma con mi cabello rubio, sin lentes de contacto y sin mentiras, con Irena y Thomas habíamos decidido vivir juntos, los cuatro, formamos una familia, era beneficioso para Sara, que había vuelto a su antiguo colegio y lo más ser importante, a ser la niña feliz de antes, de mi mamá no habíamos vuelto a saber, y si soy sincera ni Sara ni yo la extrañábamos mucho, supongo que la habíamos perdido desde antes.

Volví al mismo hospital de antes, el hecho de que el periódico se disculpara, había limpiado en cierta forma mi imagen, volví a mi área, la neurocirugía, aunque si el hospital lo requería también atendía a niños.

Nuestra vida había cambiado muchísimo, hasta parecíamos de esas familias de anuncios publicitarios, cada mañana íbamos con Irena a dejar a Sara al colegio y después nos íbamos al hospital, Thomas nos preparaba el desayuno cada día, y después de dejar limpia la cocina (para no ocasionar la furia de Irena) se iba a su despacho, en el centro de Londres, Sara por su parte, ya había comenzado a referirse a ellos como papá y mamá, y yo también tenía ganas de comenzar a llamarlos así, pero no me sentía lista.

Llevaba un mes y medio de vuelta en Inglaterra, y no había vuelto a saber nada de Marco. Y lo prefería así, a veces tenía que luchar contra el impulso de googlear su nombre. Prefería no enterarme de lo que estaba pasando con su vida.

Terminé mi jornada laboral y guardé mis cosas, caminé a la oficina de Irena, la miré por la ventana, hablaba por celular muy nerviosa, iba a entrar pero me hizo un gesto con la mano para que la esperara.

-Cariño... Hay un problema...

-¿Qué pasa?- Pregunté asustada.

-Es Sara que... Fue con sus amigos al London eye ¿Te molestaría ir a buscarla?

-Pero no quiero subir ahí me da miedo...

-Se lo dije pero es muy terco... Terca- Corrigió casi al instante- Yo no puedo ir porque... Hoy es la reunión del directorio.

-Irena, la reunión de directores es el último viernes de cada mes, faltan dos semanas...

-No... Sí, pero la adelantaron para hoy...

-¿Segura? Porque la doctora Andrews acaba de irse, me la encontré cuando venía hacía acá- La miré suspicaz.

-Leah, de seguro iba a la sala de reuniones- Sacó las llaves de su cartera- Por favor... Sara está esperando.

-¿Y tú?- Irena suspiró cansada obligándome a tomar las llaves, me tomó del brazo prácticamente arrastrándome al estacionamiento del hospital.

-Yo me iré en taxi... O le diré a Thomas que pase por mí... Tú ve, por favor, Sara está esperando- Sonrió mientras me hacía señas de despedida con la mano, puse el auto en marcha y llegué al famoso London eye. No le veía lo atractivo realmente había intentado subir sólo una vez y había tenido que bajar antes de que se pusiera en marcha.

-Buenas tardes- Saludé a uno de los chicos que coordinaba el acceso.

-Pase por favor...

-No...- Lo interrumpí- En realidad yo...

-Busca a su hermana- Asentí- La está esperando dentro de la cabina... Por favor- Me hizo el gesto para que pasara. Me acerqué y miré dentro, estaba extrañamente oscuro y vacío.

-¿Sara? Sara baja de ahí. Sabes que no voy a subir me... ¡Maldición no!- Exclamé asustada cuando sentí que alguien me empujaba por la espalda a continuación la puerta se cerró y cabina comenzó a ascender, puse ambas manos en la ventana y vi a mi hermana sonreír mientras me saludaba con la mano, al lado del joven que coordinaba el acceso- No es la mejor manera de ayudar a superar un trauma... Fue una pésima broma... No te voy a hacer tu postre favorito en un mes ¡Dios me estoy ahogando!

Un lugar seguro (Marco Reus)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora