Esperar con ansiedad

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"¿Qué haces?"

"¿No es obvio? Respondo tus mensajes."

"Oye, alguien se despertó de mal humor hoy. ¿Qué te ocurre?"

"Nada."

"Vamos, no finjas. Puedes decirme..."

"Es él. Otra vez."

"¿Tu ex?"

"Sep."

"¿Por qué no le dices que tienes otro novio y ya?"

"Porque comenzará a hacer preguntas y soy mala mintiendo."

"Buen punto... ¿Y si no dices quién es?"

"De seguro le da igual."

"Pues bloquea el contacto, envíalo al infierno, me da igual. No me gusta que hable tanto contigo..."

"¿Estás celoso?"

"¿Quién? ¿Yo? Para nada..."

"No puede ser. Estás celoso."

"¡No!"

"Eres adorable."

"No estoy celoso."

"Eres adorable, Will."

"No estoy celoso."

"No puedo creer que estés celoso por mí."

"Yo no..."

"Te quiero tanto, bobo."

"No estoy celo... Un segundo. ¿Acabas de decirme 'bobo'?"

"Pero si sabes que te adoro."

"A veces me confundes tanto..."

"Esa es la idea."

"Pues a ver si cambias de idea. Estar confundido es cansador."

Helena rió mientras un nuevo mensaje de Will entraba.

"Quiero verte..."

La pelirroja suspiró.

"También yo. Descuida, ya falta muy poco."

"Pero estoy harto de esperar. No quiero seguir haciéndolo. Necesito algo para distraerme..."

"Pues búscate una distracción. Pero más te vale que no sea ninguna otra chica porque sí que soy celosa."

"Me has hecho reír mucho. Descuida, aquí son todas niñas pequeñas..."

"Menos mal, pero..."

"...Y tú eres mucho más bonita que todas ellas juntas."

Helena se sonrojó instantáneamente. No podía creer que Will dijera esas cosas.

"¿Sabes qué? Tengo la perfecta distracción para ti?"

"Estoy abierto a ideas."

"Puedes hacer como Ryan y escuchar poesía."

"Mmm... Nep. El romance me recuerda a mi fallida vida amorosa."

"Eso está por verse."

Will sonrió.

"Genial, muero porque empiece la acción."

"No voy a acostarme contigo."

"¿Entonces qué sería la acción? ES BROMA, NO ME BLOQUEES, POR FAVOR."

Helena rió.

"Ya veremos. Además tú te inventaste lo de la acción, no yo."

"Podrías al menos pensar en algo..."

"No. Vamos. A. Acostarnos. Juntos."

"Escribirlo así no hará que lo lea más despacio, solamente quedas como una mandona."

"No soy mandona."

"Eso depende de quién opine."

"¡Will!"

"Vale, vale. No eres una mandona. Eres mi mejor amiga."

Helena sonrió. Pero su sonrisa no duró mucho.

"Creo que estoy en problemas. Luego te escribo. Cuídate."

Oh, no. ¿En qué se había metido Will ahora?

***---***---***---***---***

-Señor Dunn, ¿Cuántas veces hemos de recalcarle que...?

Will no podía creer que justamente la supervisora de su grupo hubiera entrado al cuarto cuando él estaba usando el móvil. ¡Se suponía que estaba dando clases!

-Como sea, el profesor Castaway quiere verlo.

Will frunció la nariz ante la mención del profesor de Educación Física.

-Vale. ¿Algo más?

-Sí. Tengo que confiscar su teléfono.

-¿Qué? Pero si tengo autorización de la supervisora para usarlo... Pregúntele.

-La supervisora está de viaje. Cuando regrese le preguntaré, y en caso de que usted tenga razón, le regresaré su móvil.

-No, por favor, no puede...

-No se hable más.

Will vio con odio cómo la mujer le quitaba la única posibilidad de comunicarse con su amiga.

-Ahora salga con el profesor.

Will tuvo que soportar las ganas de gritarle y salió al jardín.

Pero las malas noticias aún no habían acabado.

-¡Dunn! ¡Felicidades! ¡Ha sido transferido a otro orfanato! ¡En Grecia!

Un horrible escalofrío recorrió a Will de arriba a abajo.

-¡¿Qué?!

***---***---***---***---***

Helena estaba preocupada. Muy preocupada. Desde hacía cinco días no tenía noticias de su amigo. Y quería hablar con él...

Decidió que esa noche iría a visitarlo. Tenía que arreglar lo que ocurría.

Esperó a que en su casa todas las luces estuvieran apagadas y bajó por las escaleras del edificio hasta llegar al estacionamiento donde estaba su bicicleta.

Se subió a ella y pedaleó con furia en dirección al orfanato de Will. No quería que sus padres descubrieran su ausencia.

Cuando llegó, pudo meter la bicicleta por el portón y ella misma saltó dentro de los terrenos del hogar de Will.

Escondió su bici y se dirigió al cuarto donde su amigo solía quedarse.

Miró por la ventana. Esa era la cama de Will, sin duda.

Pero le estaba dando la espalda. Helena suspiró y tocó la ventana suavemente.

Will no la había oído o no quería hacerlo, porque no volteó.

Por suerte uno de los compañeros de Will, uno de los pocos que no era soplón, despertó y abrió la ventana.

-No hagan ruido.-Pidió antes de volver a dormir.

Helena asintió, le agradeció y se sentó en la cama de Will.

-Oye... Despierta...-Pidió en un susurro.

Él se movió un poco.

-¿Helena?

Estaba sonrojado. Menos mal que su amiga no tenía idea de que había vuelto a sus pesadillas.

-Ven, salgamos.

Él asintió. Se vistió rápidamente y ambos salieron por la ventana.

Una rosa falsa [Willena]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora